Miles de migrantes centroamericanos siguen a pie en México
JUCHITÁN, México (AP) — Miles de migrantes centroamericanos reanudaron el jueves su lenta marcha a pie por el sur de México ante la vigilancia de la policía y agentes migratorios.
Las autoridades mexicanas no han detenido directamente a la caravana principal de unos 4.000 migrantes, y los activistas que apoyan a ese grupo indicaron que estaba modificando su ruta hacia el Golfo de México, un camino más corto hacia la frontera con Texas.
Pero una segunda caravana de menor tamaño ubicada unos 320 kilómetros (200 millas) detrás del primer grupo parecía contar con menor liderazgo, recibir menos atención de la prensa y ser más vulnerable.
Un funcionario federal que no tenía autorización para dar su nombre dijo que 153 migrantes en la segunda caravana fueron detenidos el miércoles durante inspecciones en carreteras en el estado sureño de Chiapas, a poca distancia de la frontera con Guatemala. Aunque se desconoce el tamaño preciso de la segunda caravana, esa cifra podría ser equivalente al 10% de los que participan en ella.
Y la primera caravana también enfrentaba presión, luego de partir antes del amanecer desde Juchitán, en el estado de Oaxaca, con el objetivo de llegar a la ciudad de Matías Romero, a unos 65 kilómetros (40 millas).
Intentaron organizar transporte en autobús desde Juchitán, pero no lo lograron, por lo que de nuevo no les quedó otra opción que caminar y pedir viajes a dedo de ser posible.
Pero la policía federal comenzó a detener a los camiones de carga y a obligar a los migrantes a descender, por considerar que su hábito de colgarse de los costados o de la parte superior de los camiones es peligroso.
“¡Abajo, abajo!”, le gritaba el policía federal Benjamín Grajeda a un grupo de migrantes que iban colgados de un camión. “Si van adentro sí pueden ir, pero afuera no”, les advirtió, tras pedir que les dieran prioridad a las mujeres y los niños.
En otros puntos a lo largo de la ruta, la policía ha obligado a las camionetas pick up sobrecargadas a dejar a los migrantes. En días anteriores ha ordenado que las camionetas de pasajeros dejen de transportarlos.
Los migrantes no han dicho qué ruta pretenden tomar hacia el norte ni a qué parte de la frontera con Estados Unidos planean llegar.
Aunque la ruta por Matías Romero los llevaría a la ciudad de Veracruz en la costa del Golfo de México y rumbo a la frontera con Texas, otra caravana grande meses atrás pasó por Veracruz, pero luego giró de regreso hacia la Ciudad de México y a la larga intentó llegar hasta Tijuana en el extremo noroccidental del país. Pocos lo lograron.
En Matías Romero, los migrantes se quejaron de malos olores y culebras en el área donde se les pidió que acamparan a la entrada de la ciudad. Las autoridades locales les dijeron que no podían ocupar la plaza principal debido a los eventos del Día de los Muertos que se celebrarían allí.
El jueves por la noche los migrantes decidieron partir a las 5 de la mañana del viernes rumbo a Veracruz, donde piensan llegar a Donají o a Sayula de Alemán.
En Washington, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, elogió el miércoles a México por impedir que los migrantes consiguieran un transporte.
“México ha salido al frente de una manera sin precedentes”, comentó Sanders al canal Fox News. “Ha ayudado a impedir el acceso a muchos medios de transporte para estas personas de las caravanas, obligándolas a caminar. Nos han ayudado en nuevas formas para hacer que esto marche más lento, desmembrarlo y evitar que avance tan agresivamente hacia Estados Unidos”.
Pero el presidente estadounidense Donald Trump incrementó su enfoque preelectoral en la caravana y las otras detrás de ella, hablando de crear una fuerza militar en la frontera que supere en número a los migrantes, muchos de ellos mujeres y niños.
“En lo que respecta a la caravana, nuestras fuerzas armadas están en marcha”, afirmó Trump. “Tenemos a unos 5.800. Elevaremos el número a entre 10.000 y 15.000 efectivos militares, además de la Patrulla Fronteriza, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y todos los demás (servicios de vigilancia) de la frontera”.
Más tarde el miércoles, Trump le dijo a ABC News: “Tenemos que tener un muro de personas”.
Una tercera caravana de unos 500 salvadoreños llegó a Guatemala, y un cuarto grupo de unos 700 partió el miércoles desde la capital de El Salvador.
En conjunto, las cuatro caravanas representan sólo el equivalente a unos días del flujo promedio de los migrantes que llegan a Estados Unidos en los últimos años.
Ha habido caravanas en forma regular desde hace tiempo y generalmente pasaban desapercibidas, pero Trump puso la atención sobre ellas para hacer de la seguridad fronteriza un tema clave a pocos días de las elecciones legislativas.
Desgastados tras recorrer cientos de kilómetros, muchos migrantes tiraron la toalla y regresaron a sus países o solicitaron protección en México. La Secretaría de Gobernación dijo el jueves que la cifra de migrantes que han solicitado refugio está cerca de los 3.000.
El primer grupo se ha reducido significativamente desde los más de 7.000 migrantes que registró en su apogeo. Otra caravana a principios de año disminuyó mucho su tamaño y sólo 200 personas lograron llegar a la frontera de Estados Unidos en San Diego.
Una mujer guatemalteca dio a luz el miércoles a la primera bebé de la caravana en un hospital de Juchitán. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México dijo que organizó la atención médica para la madre, que estaba embarazada de 38 semanas, y que la niña goza de buena salud.
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El periodista de The Associated Press Peter Orsi en la Ciudad de México contribuyó a este despacho.