AP Explica: El dilema catalán a un año del referendo
MADRID (AP) Un referendo que dispuso una secesión no autorizada de Cataluña el año pasado planteó un traumático reto a las cuatro décadas de democracia de España y acentuó la división entre los que están a favor y en contra de la independencia de en esta región del nordeste del país.
Un año después, nueve líderes separatistas siguen presos a la espera de juicio, otros escaparon del país y una nueva camada de dirigentes en Barcelona y Madrid han lanzado un diálogo a pesar de que se mantiene una retórica agresiva.
Vistazo a los eventos que dieron lugar al polémico referendo del 1ro de octubre del 2017 y lo que pasó después:
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UNA FECHA CARGADA DE SIMBOLISMO
La frustración con el gobierno nacional y el sentimiento separatista estaban en aumento el año pasado en Cataluña cuando dirigentes secesionistas programaron un referendo a pesar de que los tribunales españoles lo declararon ilegal.
Los partidarios de la independencia dijeron que el resultado constituyó una gran victoria, señalando que la secesión recibió gran apoyo de 2 millones de catalanes que acudieron a las urnas a pesar de la represión policial, que procuró evitar al referendo.
La oposición y un movimiento unionista cada vez más visible surgido antes del referendo boicotearon la consulta.
Luego de semanas de crecientes tensiones entre Cataluña y el gobierno central de Madrid, legisladores regionales declararon la independencia. El gobierno español respondió asumiendo el control de la región y convocando una elección regional ganada por dirigentes separatistas.
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¿CUÁLES FUERON LAS CONSECUENCIAS?
Si bien el movimiento independentista sigue vivo, Cataluña continúa siendo parte de España, para pesar de unos y beneplácito de otros.
Una consulta hecha en julio por un instituto de Cataluña indicó que el 46,7% de la población apoya la independencia y un 44,9% se opone, manteniendo la tendencia de los últimos años.
Después de la votación de diciembre en Cataluña, Quim Torra asumió la presidencia de un gobierno regional muy influenciado por su predecesor Carles Puigdemont, quien ha resistido la extradición en Bélgica y en Alemania.
Se espera que Torra se reúna por segunda vez en los próximos meses con el presidente Pedro Sánchez, el líder socialista que heredó la crisis catalana de un gobierno conservador al que desplazó mediante un voto de censura.
Sánchez emplea un tono más moderado en las negociaciones con los separatistas. Pero no puede correr muchos riesgos ni ofrecer soluciones decisivas al encabezar un gobierno de minoría.
Los observadores mencionan dos obstáculos para la reconciliación: la detención de varios líderes separatistas y el futuro de la región, que sigue sin resolverse.
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¿CUÁLES SON LOS OBSTÁCULOS?
No se esperan grandes progresos mientras los nueve dirigentes catalanes sigan presos, junto con otros militantes involucrados en el referendo del año pasado. Sánchez los trasladó a cárceles catalanas en un gesto de buena voluntad, pero ha dicho que no interferirá con el proceso judicial.
No hay fecha todavía para las primeras audiencias.
Los separatistas quieren llevar a cabo otro referendo sobre la independencia, esta vez avalado por el gobierno central. El gobierno español, en cambio, promueve una consulta nacional sobre el tema y modificar la constitución para crear un estado federal que se parecería al de Alemania.
Para complicar más las cosas, hay fisuras en el movimiento independentista. Mientras que algunos insisten en buscar la independencia e incluso declararla unilateralmente, los pragmáticos plantean seguir recabando apoyo para la secesión antes de impulsar otra consulta.