Tiger Woods vuelve a ganar por fin en la PGA
ATLANTA (AP) Un repunte que ni el propio Tiger Woods podía vaticinar hace un año. Una caótica celebración que no se había visto ni siquiera en las épocas más gloriosas del golf.
Woods coronó al fin su retorno al golf, tras un recorrido sinuoso que incluyó cuatro cirugías de espalda y que desembocó el domingo en una actuación que se asemejó a las mejores de su laureada carrera. El astro construyó una delantera de cinco golpes y la logró preservar para llevarse el Campeonato del Tour.
Tras conseguir par en su último hoyo, Woods firmó una tarjeta de 71 impactos, uno arriba. Se impuso así por una diferencia de dos golpes a Billy Horschel.
Fue la 80ma victoria de Woods en la Gira de la PGA pero su primera en más de cinco años.
Estuve luchando ahí. Me encantó todo lo que ocurrió en este torneo, comentó Woods, quien levantó los brazos tras embocar ese último putt.
Fue una especie de coronación en el green del hoyo 18, par cinco. En el camino, había enviado su segundo tiro a un bunker frente al green.
La multitud saltó las cuerdas que delimitaban el campo y caminó detrás de Woods. Fue una escena que recordó lo ocurrido también en el fairway del hoyo 18, cuando Woods se llevó el Masters de 1997. En aquel mismo verano, los espectadores acompañaron también a Woods en Chicago, donde se llevó el Western Open.
Woods llegó al green para ser el último que intentó un putt, luego que Rory McIlroy se anotó un birdie. Y fue entonces cuando el astro estadounidense entendió lo que ocurría.
De pronto, caí en la cuenta de que iba a ganar el torneo. Comencé a derramar unas lágrimas, relató. No puedo creer que lo haya conseguido.
Hace un año, Woods esperaba todavía a que sus vértebras lumbares se fusionaran, y no estaba seguro de cuándo volvería a jugar. Ha contado que muchas veces no podía siquiera levantarse del sillón para ver cómo sus hijos jugaban al fútbol, mucho menos era capaz de golpear una pelota de golf.
Había comentado que después de la segunda y tercera cirugía, a finales de 2015, su golf había progresado, y que los logros llegarían en algún momento.
Arribaron durante cuatro días mágicos en East Lake. Y los golfistas que han ocupado intermitentemente el primer lugar del mundo durante la ausencia de Woods fueron testigos de su retorno.
McIlroy quedó sin posibilidades en el comienzo de la ronda. Justin Rose quedó después sin oportunidad en el certamen.
Todo lo que quedaba era entregarle el trofeo a Woods, de 42 años, quien lució su característica polo roja y mostró una sonrisa más amplia que nunca.
Finalizó con 269 golpes, 11 debajo del par, y se embolsó 1,62 millones de dólares, así como un bono de tres millones por terminar segundo de la Coipa FedEx. El público se arremolinó en torno suyo para felicitarlo
Hubo una sola decepción, que a la luz de las circunstancias resultó menor.
Rose consiguió un birdie para terminar empatado con otros dos golfistas en el cuarto puesto. Así, conquistó la Copa FedEx y el bono de 10 millones de dólares.
Sin ese birdie, Woods se habría impuesto en la FedEx, luego de comenzar en el vigésimo puesto antes del Campeonato del Tour.