Venezuela: Incertidumbre por sistema de cobro de la gasolina
UREA, Venezuela (AP) Miles de conductores salieron el martes a surtir sus vehículos de combustible en municipios de los estados Táchira y Zulia, fronterizos con Colombia, en medio de la incertidumbre generada por la decisión del gobierno venezolano de aumentar el precio de la gasolina.
Las penurias de los pobladores fronterizos para abastecerse de combustible no es nueva, pero si notaron la ausencia casi absoluta de las máquinas de un nuevo sistema electrónico de pago que, según el presidente Nicolás Maduro, serían sometidas a pruebas a partir del martes en 85 municipios fronterizos con miras a subir el precio de la gasolina para combatir el contrabando.
Los dispositivos cuentan con detectores de huellas dactilares para garantizar que el subsidio directo a los venezolanos llegue sólo a aquellos que poseen el llamado "carnet de la patria", un instrumento de identificación creado para tener acceso a los programas sociales del gobierno.
"El contrabando siempre va existir, el contrabandista va a buscar la forma" de pasar la gasolina a Colombia, dijo Josman Rodríguez, quien afirmó llevar casi 16 horas en fila para comprar gasolina en el poblado tachirense de Ureña, cercano a la ciudad colombiana de Cúcuta.
El gobierno venezolano decidió aumentar los precios del combustible hasta niveles internacionales para resolver las distorsiones económicas generadas por su bajo precio, y para acabar con el contrabando de gasolina y otros derivados del petróleo hacia Colombia, el norte de Brasil y el Caribe.
El martes, en los municipios fronterizos de Ureña y Bolívar, sólo operaron tres de las 10 estaciones de gasolina de esa localidad, y sólo en una de ellas pudo verse a un grupo de militares con el dispositivo. Los lugareños dijeron que esa estación es una de las pocas en donde hay señal de internet.
No son pocos los que piensan que el sistema acabará por generar mayores contratiempos debido a que los dispositivos podrían fallar, ya que en muchas zonas del país no hay servicio de internet, las comunicaciones son deficientes fuera de las grandes ciudades y numerosos estados sufren apagones casi diarios que se prolongan varias horas.
"Todavía no sabemos cómo va a funcionar esto, pero para mí va a ser peor", dijo Pedro Ramírez, quien afirmó que llevaba casi 24 horas formado frente a una estación de servicios en San Antonio del Táchira, en el municipio de Bolívar.
Aquí no hay internet, aquí estamos en un pueblo como olvidado más bien", agregó.
El lunes, el mandatario indicó que, en un principio, el nuevo sistema de cobro será sometido a pruebas por 15 días en ocho de los 23 estados el país: Bolívar, limítrofe con Brasil; Delta Amacuro, Falcón y Sucre, en el Caribe venezolano, y en los estados occidentales de Amazonas, Apure, Táchira y Zulia, fronterizos con Colombia. No está claro cuándo se extenderá el nuevo sistema a todos los municipios del país.
El gobernante dice que establecerá un mecanismo de subsidio y fijará el nuevo precio de la gasolina luego de las pruebas del sistema.
Voceros del gobierno no estuvieron disponibles por el momento para conocer sus comentarios.
En Maracaibo, la segunda mayor ciudad del país, muchos trataron de tomar previsiones por los continuos apagones que azotan el estado Zulia y que paralizan la venta de gasolina, y otros por la confusión derivada de la escasa información sobre cuáles serán las estaciones de servicios sujetas a las pruebas.
"Esto ha sido mi vía crucis, desde las 6 de la mañana estoy haciendo cola porque quiero llenar mi tanque sin que me pidan el carnet de la patria", dijo Moisés González, de 63 años, quien hacía fila frente a una gasolinera después de cuatro horas en las que sumó dos frustrados intentos de llenar su tanque.
En el municipio zuliano de la Guajira, al oriente de la población colombiana de Maicao, las estaciones de servicio permanecieron cerradas.
Maduro ha reconocido que Venezuela pierde varios miles de millones de dólares anuales por la diferencia que cuesta producir la gasolina y el precio al que se vende, el más bajo del mundo. Estima las pérdidas en unos 18.000 millones de dólares al año por el contrabando.
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La periodista Sheyla Urdaneta en Maracaibo y el corresponsal de The Associated Press, Jorge Rueda, en Caracas, contribuyeron a este despacho.