El presidente iraní habla de economía ante el Parlamento
TEHERÁN, Irán (AP) El presidente iraní Hassan Rouhani no logró convencer al Parlamento el martes de que sus planes sacarán al país de una caída en picada económica agravada por el retiro de Estados Unidos del tratado nuclear. De esa manera se acrecentó el aislamiento de su gobierno relativamente moderado mientras aumenta el malestar en el país.
Por apenas segunda vez en la historia del país, el Parlamento ordenó a un presidente en activo que comparezca para responder preguntas. La ocasión anterior fue en 2011, cuando el gobierno intransigente del entonces presidente Mahmoud Ahmadineyad sufría las sanciones de Occidente.
El actual mandatario advirtió que trazar un cuadro sombrío de la vida de la gente conducirá a una mayor oscuridad, pero los legisladores votaron cuatro veces que no los convencían sus respuestas sobre la recesión, la caída de la moneda, el desempleo y el contrabando. Esas preguntas podrían ir ahora a revisión por el poder judicial, en una advertencia al clérigo de que está perdiendo su prestigio político.
Sin duda, cometimos y hemos cometido errores, reconoció Rouhani en un pasaje.
Semanas atrás, los legisladores destituyeron a los ministros de trabajo y hacienda.
Rouhani dijo el martes que esas protestas animaron al presidente estadounidense Donald Trump a retirarse del tratado que Teherán firmó en 2015 con Estados Unidos y otras potencias para acotar su programa nuclear a cambio de una reducción en las sanciones económicas.
Esto llevó a Trump a decir que no permanecerá en el acuerdo, dijo Rouhani.
También dijo crípticamente que Irán tiene una tercera vía para resolver la crisis y que no depende de continuar o no en el acuerdo nuclear. No entró en detalles, pero dijo que mencionó la idea al presidente francés Emmanuel Macron el lunes.
Macron mencionó en un discurso el lunes que había hablado con Rouhani, pero solo dijo que Francia, junto con Gran Bretaña, Alemania y la UE seguiría esforzándose por mantener el acuerdo.
La debilidad política creciente del mandatario iraní favorece a los intransigentes en la teocracia chiíta iraní, y las presiones no dejan de aumentar.