Practican cómo alimentar a una orca enferma
FALSE BAY, Washington, EE.UU. (AP) Los equipos que están tratando de salvar a una joven orca enferma llenaron dos botes de salmones vivos el viernes al amanecer y se dirigieron hacia la isla de San Juan, preparándose para alimentar al cetáceo en caso de ser necesario un día después de haberle inyectado medicina.
Al llegar la tarde, parecía que la orca hembra de tres años y medio de nombre J50 se encontraba demasiado al norte en aguas canadienses y no sería posible alimentarla manualmente, dijo Brad Hanson, biólogo de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), que encabeza los esfuerzos de campo para auxiliarla.
Por ahora, el intento sin precedentes de alimentar a una orca libre con salmones vivos tendrá que esperar.
El equipo encabezado por la agencia carece de permiso para alimentar a la ballena _que está demacrada y posiblemente padece una infección_ en aguas canadienses, aunque sí cuenta con uno para proporcionarle tratamiento médico. La NOAA solicitará el permiso de alimentación si las condiciones atmosféricas son adecuadas, dijo Lynne Barre, coordinadora de recuperación para las ballenas en la división de Pesca de la NOAA.
La agencia desea ver si puede proporcionarle medicina a la ballena a través de salmones chinook vivos, su fuente preferida de alimentación, pero primero necesita ver si la orca desea comérselos.
Como la ballena se encontraba lejos, los equipos de apoyo practicaron cómo alimentar a una con salmón mientras se mantienen delante de ella. Los tripulantes de un bote que pertenece a la nación lummi, una tribu indígena estadounidense, pasaron los salmones a través de un tubo hasta el agua.
La joven ballena que está siendo atendida es una de sólo 75 orcas que frecuentan las aguas del estado de Washington. No ha habido un alumbramiento exitoso en la manada desde 2015. El perder a J50 también significaría perder su potencial para reproducirse, dijo Hanson.
Realmente todo esto gira en torno a eso. El futuro de la población, señaló.
Las ballenas enfrentan estrés nutricional por falta de salmones chinook, así como amenazas por contaminación, ruido de los navíos y otras alteraciones a su hábitat.