El alcalde de Chicago habla con el vicepresidente de China
BEIJING (AP) El alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, en una misión para salvar acuerdos comerciales amenazados por una guerra de aranceles, dijo el jueves que las autoridades chinas confían en sobrevivir a la disputa creciente con Washington.
El alcalde se reunió con el vicepresidente Wang Qishan y el ministro de Comercio chino para tratar de consolidar un acuerdo por 1.300 millones de dólares para que una compañía china arme vagones ferroviarios en Chicago.
La cancillería dijo el miércoles que China tomará medidas firmes y enérgicas si el presidente Donald Trump aplica una nueva serie de aumentos de aranceles sobre bienes chinos en una disputa sobre la política tecnológica de Beijing.
Evidentemente quisieron transmitir que esto no es lo que prefieren, dijo Emanuel a The Associated Press. Prefieren una solución negociada, pero no les asusta si esto sigue por el mismo camino.
Después de una reunión con directivos del fabricante de vagones, Emanuel dijo que se ha comprometido a finalizar el proyecto. La construcción de la fábrica finalizará próximamente y los empleados de Chicago viajarán a China para recibir capacitación, añadió.
Las empresas estadounidenses temen que el conflicto con Beijing trastorne el comercio y las inversiones.
El alcalde demócrata dijo que espera sellar herméticamente a Chicago, una ciudad de 3 millones de habitantes, del impacto de la disputa, en la que ambos gobiernos han elevado los aranceles sobre bienes por valor de miles de millones de dólares.
Se calcula que la empresa creará más de 200 empleos, y Chicago también se beneficia con las tarifas aeroportuarias que paga el comercio chino.
No queremos que nuestras relaciones se vean influenciadas por los vientos de la guerra comercial y arancelaria, dijo Emanuel.
El alcalde agregó que no había previsto la reunión con Wang, un asesor del presidente Xi Jinping que se cree tiene gran influencia sobre la política exterior.
El viernes, Washington impuso aranceles del 25% sobre bienes chinos por valor de 34.000 millones de dólares. Beijing respondió en forma similar.