Argentina y Messi a la deriva
NIZHNY NVGOROD, Rusia (AP) Tomó un barco a la deriva y no lo supo enderezar. Hoy amenaza con hundirse sin haber tocado un puerto.
Jorge Sampaoli, el técnico que ganó la Copa América con una selección chilena que era una maquinita, se atribuye toda la culpa del descalabro, un lapidario 3-0 en contra ante Croacia que tiene a Argentina con un pie afuera de la Copa Mundial en la misma primera ronda.
Quería generarle mucha presión al rival y un mediocampo disputado, atisbó a decir. El proyecto no prosperó y así es muy difícil que destaquen los jugadores en el plano individual. Seguramente no habré leído el partido como correspondía".
Sampaoli, el tercer técnico de la albiceleste en este proceso, nunca terminó de darle una identidad a Argentina en poco más de un año al frente de la selección. El equipo se clasificó en la última fecha, gracias a una actuación fenomenal de Lionel Messi ante un Ecuador ya eliminado.
Llegó a Rusia sin una formación definida. Plagado de dudas y sin haber encontrado la forma de apuntalar a un Messi que juega muy solo con la casaca albiceleste.
A Sampaoli se le echa en cara que es poco osado y en Rusia no hizo nada por demostrar lo contrario.
Los tres cambios que ensayó respecto a la formación que empató con Islandia en el debut no buscaron generar más variantes ofensivas precisamente sino reforzar la estructura defensiva. Salió con una línea de tres elástica, con dos carrileros, Eduardo Salvio y Marcos Acuña, llamados a cumplir la doble función de defender y atacar, que no hicieron ni lo uno ni lo otro. Maximiliano Meza y Enzo Pérez no pusieron orden en el medio y Messi y Sergio Agüero volvieron a quedar desconectados del resto.
"Ni con un sistema ni con otro pudimos generar lo que estaba planificado o pensado, dijo Sampaoli. El gol de Croacia llegó cuando menos se esperaba y fue muy fatídico porque fue más cuesta arriba desde lo emocional, sabiendo que este torneo no te permite perder y nos tocó perder".
Ese gol fue producto de una de las apuestas de Sampaoli, el arquero Wilfredo Caballero. El técnico se jugó por él cuando todo el mundo pedía a Franco Armani y la apuesta le salió mal: Caballero intentó jugar una pelota con los pies habilitando a un compañero por encima de un rival, pero el balón le quedó bajo y se lo regaló a Ante Rebic, que lo fusiló desde cerca.
A partir de allí Argentina perdió la línea y en los minutos finales encajó otros dos goles ante una Croacia metódica, que supo aprovechar las falencias argentinas.
El objetivo de Sampaoli siempre fue crear las condiciones para que Messi pueda expresar todo su talento. No lo logró y eso facilitó la tarea de los rivales.
Nuestro planteo fue evitar que Messi recibiera la pelota, dijo el croata Luka Modric.
Messi es un jugador increíble, pero él solo no lo puede hacer todo, agregó.
La noche triste de Argentina terminó con un comentario de Agüero que dejó en el aire la sensación de que el ambiente en el seno de la delegación no es el mejor.
Que diga lo que quiera, respondió Agüero cuando le mencionaron que Sampaoli decía que el proyecto no había funcionado.
La imagen que transmitían los jugadores era descorazonadora.
No hay nada que decir. El resultado lo dice todo, expresó Javier Mascherano, uno de los históricos. Ahora hay que tragar el veneno y esperar el resultado de mañana en el partido entre Islandia y Nigeria, que completa la segunda fecha del Grupo D.
Un triunfo islandés dejaría a Argentina obligada a golear a Nigeria y que Croacia derrote a Islandia en el cierre de la primera fase.