Trump impertérrito pese a escándalo por separación familias
WASHINGTON (AP) Enfrentando una creciente ola de indignación de parte de demócratas y algunos republicanos por la separación forzada de niños y padres migrantes en la frontera con México, el presidente Donald Trump no dio su brazo a torcer el lunes, y de nuevo culpó erróneamente a los demócratas por la creciente crisis política.
Estados Unidos no será un "campamento de migrantes" ni "una instalación para refugiados", dijo Trump durante un evento sobre política espacial del gobierno federal. "No durante mi período presidencial".
El presidente agregó que inmigrantes sin autorización en el país han causado "muerte y destrucción" y que "un país sin fronteras no es país".
Luego dijo que la culpa de la separación familiar "se debe muy fuertemente a los demócratas".
El lunes, Trump también tuiteó: "¿Por qué los demócratas no nos dan los votos para componer las peores leyes migratorias del mundo? ¿Por qué no se indignan por los asesinatos y crímenes causados por las pandillas y matones, incluyendo a la MS-13, que vienen a nuestro país de manera ilegal?"
Jeb Bush pareció aludir al tuit de Trump al replicar que los niños no deben de ser usados como "arma de negociación".
"Trump debe poner fin a esta política desalmada y el Congreso debe llegar a un acuerdo migratorio que reforme el proceso de asilo, la seguridad fronteriza y ofrezca la residencia con posibilidad de nacionalización para los dreamers", tuiteó el ex gobernador, quien fue uno de los oponentes de Trump por la presidencia en la primaria del 2016.
Bush fue el último republicano que se sumó a demócratas y expertos que han criticado duramente la nueva política de separación familiar, y señalan que la directriz en realidad se debe a la doctrina de "tolerancia cero" dictada por el gobierno actual.
La ex primera dama Laura Bush calificó la medida de "cruel" e "inmoral", mientras que la senadora republicana Susan Collins también expresó su preocupación al respecto y un ex asesor de Trump puso en duda que el uso de la política vaya a presionar a demócratas en cuanto a propuestas migratorias.
La líder de la bancada demócrata en la cámara baja, Nancy Pelosi, dijo que los republicanos tienen la responsabilidad moral y legal de poner fin a la política que ha conllevado a la separación de familias migrantes, lo cual calificó de "completa atrocidad que denigra los valores estadounidenses y nuestro legado como rayo de esperanza, oportunidades y libertad".
"La culpa por cada niño maltratado, cada madre y padre con el corazón destrozado y cada familia separada recae totalmente en el presidente, y solo él puede poner fin a este dolor", dijo Pelosi, quien también pidió al presidente que "cancele inmediatamente esta política cruel".
Unos 80 inmigrantes que fueron arrestados recientemente en la frontera comparecieron en corte en Texas el lunes para declararse culpables de cargos migratorios. Abogados dijeron que los inmigrantes fueron al tribunal con alrededor de una docena de niños.
"¿Qué es lo que va a pasar con mi hija?", dijo uno de los inmigrantes al juez, según recordó un abogado. El juez respondió que no sabía lo que pasaría y no prometió nada.
Audiencias como esta, realizada en McAllen, Texas, ocurren regularmente en otras cortes federales de la zona fronteriza ahora que el gobierno de Trump está presentando cargos contra todos los que cruzan la frontera. Los padres que cruzan la frontera con sus hijos son enviados a corte, mientras que sus hijos son enviados a instalaciones del gobierno.
El secretario general de la ONU Antonio Guterres también se sumó a las críticas contra la política, diciendo que "no se debe de traumatizar (a los refugiados ni niños migrantes) separándolos de sus padres".
El portavoz de la ONU Stephane Dujarric dijo que Guterres, quien antes fue jefe de la agencia para refugiados de Naciones Unidas por 10 años, cree firmemente que "se debe mantener la unidad familiar".
La secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen rehusó disculparse por aplicar las leyes de inmigración que han dado como resultado la separación de niños y padres. Durante un discurso de la Asociación Nacional de Sheriffs en Nueva Orleáns, rechazó las críticas de que su departamento está cometiendo actos inhumanos e inmorales.
"No estamos haciendo nada de eso. Estamos aplicando leyes aprobadas por el Congreso", dijo, e hizo un llamado para que el Congreso apruebe una reforma migratoria.
Casi 2.000 niños fueron separados de sus familias durante un período de seis semanas entre abril y mayo, después de que el secretario de Justicia Jeff Sessions anunció una política de "tolerancia cero" que ordena que todos los casos sean referidos a la fiscalía para que se les presenten cargos. El protocolo de las leyes estadounidenses prohíbe que los niños estén detenidos junto con sus padres porque los menores no están acusados de ningún crimen pero sus padres sí.
Nielsen dijo que dejar en libertad a los padres con sus hijos equivale a una política de "salga de cárcel gratis" para los inmigrantes sin autorización.
En la misma conferencia que Nielsen, Sessions dijo que los agentes del orden no quieren separar a familias, pero que esta medida es necesaria. Dijo que si no se aplican las leyes, "alentaremos a cientos de miles de personas a ignorar nuestras leyes e ingresar a nuestro país de manera ilegal".
Afuera del centro de convenciones donde estaban Sessions y Nielsen se reunió un grupo de manifestantes que protestaron en contra de la separación de familias.
Trump dijo que los niños "están siendo usados por algunos de los peores criminales del planeta" para poder ingresar a Estados Unidos.
"Alguien ha visto los Crímenes que se cometen al sur de la frontera", dijo Trump, lo cual calificó de "histórico".
La respuesta del gobierno se dio en medio de críticas de ambos lados del espectro político. En una columna de opinión publicada el domingo en el Washington Post, la señora Bush hizo los más fuertes comentarios sobre la política hasta ahora, desde el punto de vista republicano.
"Vivo en un estado fronterizo. Aprecio la necesidad de reforzar y proteger nuestras fronteras internacionales, pero esta política de 'cero tolerancia' es cruel. Es inmoral. Y me rompe el corazón", escribió. Comparó la política con la detención de los japoneses-estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, a lo que se refirió como "uno de los capítulos más vergonzosos de la historia de Estados Unidos".
Y la primera dama Melania Trump resaltó la tensión emocional a través de su portavoz.
La señora Trump cree que "necesitamos ser un país que acata todas las leyes", pero que también "gobierna con corazón", dijo la portavoz de Melania Trump, Stephanie Grisham. "La señora Trump detesta ver a niños separados de sus familias y espera que ambos partidos puedan finalmente ponerse de acuerdo y lograr una exitosa reforma migratoria".