Uruguay: La vieja fórmula sigue funcionando
NIZHNY NOVGOROD, Rusia (AP) Fue un envío teledirigido, al corazón del área, donde se sabía que iba a encontrar varios posibles destinarios. Y terminó en gol y en victoria.
El triunfo 1-0 contra Egipto que cortó una racha de seis mundiales, y 48 años, en los que Uruguay no ganaba el partido inaugural de una Copa Mundial no fue casualidad. Fue producto de una jugada muy trabajada que ayuda a compensar el déficit creativo que arrastra desde hace años el conjunto celeste.
Carlos Sánchez puso como con la mano el balón en la cabeza de José María Giménez y el zaguero del Atlético de Madrid mandó de cabeza la pelota adentro del arco.
Mientras busca nuevas variantes ofensivas renovando el mediocampo, Uruguay sabe que tiene un arma que es irresistible. La jugada con pelota detenida en busca de sus cabeceadores, en particular los zagueros centrales Diego Godín y Giménez, que han anotado muchos goles de cabeza o buscando rebotes en el área contraria. Godín suma ocho tantos con la selección y Giménez seis, varios de ellos decisivos.
Para Sánchez, fue su 15to pase de gol en 32 partidos con la Celeste, y el décimo con pelota detenida.
El jugador del Monterrey de México es suplente y había ingresado en el segundo tiempo por Nahitán Nández, de desempeño mediocre. De hecho, ninguno de los mediocampistas que se suponía debían darle más peso ofensivo al equipo sobresalió y hay quienes especulan que Sánchez saldría como titular en el próximo encuentro ante Arabia Saudí.
Tabárez dijo que el gol de Giménez fue muy parecido a uno que anotó Godín contra Italia en el Mundial de 2014 en Brasil. Agregó que se practica mucho esa jugada. De hecho, si Giménez no conectaba el centro de Sánchez, probablemente lo hubiera hecho Godín, que estaba detrás suyo.
"Trabajamos mucho a dónde debían ir los centros y el esfuerzo que había que hacer", manifestó Tabárez.
Sabíamos a dónde iba a ir el centro, dijo Giménez. Fuimos muchos a esa pelota y me tocó meterlo a mí.
Nos encanta llegar al gol por esa vía, acotó Godín.
A Uruguay se le echa en cara que genera poco fútbol y que depende demasiado de las jugadas con pelota parada. Para Tabárez, sin embargo, esa vía es tan legítima como cualquier otra. Y los goles de cabeza son una muestra de que el jugador uruguayo salta más que todos por la pelota.
Los caminos al gol son infinitos. Y todos son válidos", señaló Tabárez.