Uruguay: Suárez queda debiendo; desperdicia tres goles
EKATERIMBURGO, Rusia (AP) Tuvo tres pelotas de gol. Y ninguna terminó adentro.
Luis Suárez quedó en deuda en su debut en la Copa Mundial de Rusia, donde busca enterrar las amarguras de los dos últimos mundiales, de los que se fue condenado por gestos antideportivos.
El delantero de Barcelona pudo hacerle las cosas más fáciles a Uruguay y evitar la angustia vivida en su partido contra Egipto, que ganó 1-0 con un gol de cabeza de su defensor José María Giménez en el último minuto.
Pero desaprovechó oportunidades claras de anotar. En la primera tiró afuera desde muy cerca cuando los uruguayos ya cantaban el gol. Y en las dos siguientes encaró solo al arquero Mohamed El-Shenawy tras ser habilitado por Edinson Cavani y salió perdiendo en los mano a mano.
El técnico Oscar Washington Tabárez le restó importancia a las fallas de Suárez en la definición.
Admitió que no tuvo un buen partido, pero dijo que jugando como lo hizo, tuvo tres oportunidades. El arquero le sacó dos pelotas que es todo mérito del portero. Son cosas que pasan.
Es la historia de los goleadores. Las famosas rachas. A veces entran todas, el arco está grande, y a veces sucede lo contrario, el arco está chiquito, agregó. No es nada nuevo ni es nada que me preocupe. Le he visto partidos malos a Messi, a Maradona, a tantas glorias. No es un pecado.
Cavani se mostró más incisivo que su compañero y, además de hacerle dos pases de gol, él mismo estuvo un par de veces cerca de anotar, tropezando también con una fenomenal actuación del portero, elegido el mejor jugador del partido, ante sendos remates de media distancia.
Pese a contar con dos de los mejores delanteros del mundo, Uruguay volvió a depender de las jugadas con pelota detenida y del cabezazo de un defensor. Giménez definió el partido luego de un tiro de esquina.
Suárez busca redimirse tras protagonizar sonados escándalos en los dos últimos mundiales. En el del 2010 en Sudáfrica se fue expulsado tras evitar un gol con las manos contra Ghana en los cuartos de final y cuatro años después en Sudáfrica corrió la misma suerte por morder al zaguero italiano Giorgio Chiellini.