Oxfam condena trato a migrantes en frontera Italia-Francia
PARÍS (AP) Los inmigrantes que sufren el trauma de los campamentos en Libia, hacen la peligrosa travesía del Mediterráneo hasta Italia y tratan de continuar su viaje al norte encuentran un doble obstáculo en la frontera entre Italia y Francia, donde muchos languidecen en tierra de nadie sin acceso adecuado a agua, comida, refugio o derechos básicos, según denunció el viernes un importante grupo humanitario.
Un reporte de Oxfam analiza la situación de los inmigrantes en la frontera donde se tocan las rivieras francesa e italiana, un popular destino de vacaciones para los europeos. Para los inmigrantes, sin embargo, la localidad italiana de Ventimiglia es un lugar del que escapar, solo para encontrar un trato duro y a menudo ilegal de la cercana policía francesa.
El informe se publicó en medio de las tensiones por la inmigración entre París y Roma, el día en el que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reúne con el primer ministro del nuevo gobierno populista italiano, Giuseppe Conte.
La disputa comenzó después de los duros comentarios de Macron sobre la decisión de Italia de cerrar sus puertos a un barco de rescate con 629 migrantes a bordo. El mandatario galo acusó al gobierno italiano de cinismo y comportamiento irresponsable.
El Aquarius, acompañado de otros dos barcos, navega ahora hacia España tras pasar varios días parado en la costa italiana.
Sin embargo, Italia respondió a las críticas de Francia y la oficina de Conte afirmó que Italia no puede aceptar lecciones hipócritas de países que en el tema de la inmigración siempre han preferido mirar a otro lado.
Casi 39.900 migrantes vieron negada su entrada en Francia desde la frontera italiana entre enero y agosto de 2017, según datos oficiales.
En 2015 había unos 200 migrantes en Ventimiglia, según indicó el informe de Oxfam citando a un director de ONG, Maurizio Marmo. Esa cifra se disparó cuando Francia impuso controles fronterizos en 2015.
Hoy se estima que unos 16.500 refugiados y migrantes viven en la localidad, uno de cada cuatro menores sin acompañante. Los voluntarios en la zona contaron 4.000 nuevas llegadas en los primeros cuatro meses de 2018.
Estas personas viven bajo un puente cerca de la frontera o en un superpoblado centro oficial en el que la policía monta guardia y se les toman las huellas, lo que les deja sin la opción de pedir asilo fuera de Italia.
Muchos migrantes en Ventimiglia han sido expulsadas del sistema italiano de asilo, que no logra cumplir sus necesidades básicas, según el reporte. En un siniestro círculo vicioso, la policía fronteriza francesa en la cercana localidad de Menton los expulsa a su vez, devolviéndolos a Italia a pie o en tren.
El reporte cita numerosos ejemplos de trato inhumano o ilegal de la policía francesa.
Fatima, de 37 años y que muestra cicatrices en la cara causada por una paliza de milicianos del grupo extremista Estado Islámico, huyó de Irak con su madre, según el informe. Las dos mujeres fueron detenidas cuando la policía francesa las capturó cruzando la frontera.
No nos dijeron nada. No nos dieron agua ni comida, dijo la mujer, citada en el reporte. Su anciana madre yacía en el suelo. La gente les pasó por encima.
La policía no me había tratado así en mi vida, dijo Fatima a Oxfam.
Los menores no tienen mejor suerte. La policía francesa no suele cumplir la legislación europea ni francesa en lo referente a los menores de 18 años, según el informe. No se les puede devolver a Italia si piden asilo en Francia. Si no quieren asilo en el país, solo se les puede devolver después de 24 horas y tras nombrar un tutor administrativo.
Estas provisiones y garantías se incumplen una y otra vez, ya que los policías franceses ponen a los niños de inmediato en un tren regional a Ventimiglia, señaló el documento.
Oxfam mencionó el caso de 20 jóvenes africanos no acompañados devueltos a Italia y una decisión judicial este año en Niza que falló en contra del prefecto regional francés que ordenó su expulsión.
El reporte también acusa a algunos policías de utilizar trampas para sacar a los jóvenes, por ejemplo cambiando fechas de nacimiento en sus documentos para que no tengan derecho a un trato especial por ser menores.
Oxfam recomendó que Francia detenga de inmediato y sancione de forma adecuada las prácticas ilegales de la policía y asegure los derechos de asilo de los jóvenes.
En cuanto a Italia, la organización afirmó que el país debe mejorar de forma significativa los procedimientos de asilo y hacerlos comprensibles para los migrantes, mientras que Europa debe redoblar su compromiso para que los países miembros compartan la responsabilidad de recibir a los solicitantes de asilo.