Enviados del papa reciben a chilenos divididos por escándalo
OSORNO, Chile (AP) Por primera vez dos grupos de fieles católicos de Osorno, Chile, fueron escuchados el jueves por enviados papales que buscan disminuir la enorme división abierta desde que Francisco les impuso un obispo señalado como encubridor de abusos sexuales.
El arzobispo Charles Scicluna y el sacerdote Jordi Bertomeu escucharon por separado a los fieles, aunque no respondieron a las consultas de qué pruebas reunieron durante su viaje a este país en febrero para que el papa decidiera a comienzos de semana remover de su cargo al obispo Juan Barros, al que defendió con firmeza cuando visitó Chile a mediados de enero.
Al término del encuentro, Bertomeu declaró que el informe de 2.300 páginas nunca se hará público porque el papa quiso que fuese así para que todo el mundo pudiera hablar con la máxima tranquilidad y confidencialidad.
Más de un centenar de miembros de la Organización de Laicos y Laicas de Osorno acudieron al encuentro, aunque no todos tuvieron tiempo de hablar con los representantes del Vaticano. Los fieles relataron maltratos psicológicos y verbales que sufrieron por oponerse a Barros incluso antes de que Francisco lo asignara a esta ciudad, dijo a The Associated Press Felipe Navarrete, miembro del grupo.
Agregó que hubo momentos en que Scicluna y Bertomeu abrazaron a personas que se quebraron y estallaron en llanto.
Rosa del Río dijo a la AP que faltó mucho, pero escucharon testimonios potentes. Agregó que no es partidaria de la realización de una misa el domingo en la catedral como un inicio en el camino de la reconciliación porque aún hay muchas heridas abiertas.
La prensa sólo tuvo acceso a los primeros minutos de la reunión, que concluyó con decenas de laicos llorando. Varios recriminaron a los delegados porque el papa hace tres años los trató de tontos y zurdos por rechazar a Barros, sobre quien no había pruebas de ser un encubridor, según Francisco.
Desde su entrada a la parroquia Santa Rosa, Scicluna dijo a quienes lo esperan en la calle pese a la fría lluvia que para nosotros lo importante es escuchar, mientras que Bertomeu les señaló que les traía la petición de perdón de Francisco.
El papa desoyó múltiples recomendaciones de algunos obispos chilenos, de laicos y hasta de víctimas del mayor depredador sexual conocido hasta ahora en la iglesia católica chilena, el cura Fernando Karadima, formador de Barros y otros cuatro obispos, así como medio centenar de sacerdotes.
Un par de horas antes, en la parroquia de San Mateo, los enviados papales se reunieron con cerca de medio centenar de los Fieles Católicos de Osorno, que defendieron la designación de Barros. La prensa tampoco tuvo acceso a ese encuentro.
Los enviados de Francisco llegaron a media tarde a Osorno y mientras entraban a la catedral se escuchó a un joven gritar: Monseñor Scicluna, por favor, reciban a las víctimas de la Iglesia de Osorno. Por favor, no se nieguen al diálogo y escuchen nuestro dolor, a lo que Scicluna le respondió a la pasada: Venimos a escuchar.
Scicluna, el principal investigador de abusos sexuales con que cuenta el Vaticano, y Bertomeu, oficial de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, estuvieron en Santiago de Chile en febrero cumplimiento otra misión papal: reunir antecedentes sobres Barros.
Tras escuchar a 64 testigos, en marzo le entregaron al pontífice un demoledor informe: la Iglesia chilena encubrió durante décadas violaciones y otros abusos sexuales y sus autoridades no acogieron las denuncias de los agredidos o las investigaron someramente, llegando a destruir documentos comprometedores.
En una carta al pueblo de Chile fechada el 31 de mayo, Francisco afirmó que la Iglesia católica vive desde hace décadas una cultura del abuso y del encubrimiento y se espera que próximamente siga resolviendo nuevas remociones de obispos.