Giro a la derecha preocupa a algunos republicanos
A medida que entran en calor las primarias, los republicanos están librando duras pujas internas que mueven el partido hacia la derecha, ante la preocupación de varios dirigentes que temen que los candidatos seleccionados no estén en sintonía con el electorado en los comicios de noviembre.
El martes habrá primarias en cuatro estados que Donald Trump ganó en el 2016 y en las que los candidatos se pelean por mostrarse como los más conservadores, los más leales al presidente y los más enconados con Washington. Parece un legado de la campaña que llevó a Trump a la presidencia tras presentarse como una alternativa al sistema.
En Indiana los republicanos elegirán entre tres aspirantes a una banca en el Senado que se pasaron buena parte de la campaña elogiando a Trump y hablando pestes de sus rivales. En Virginia Occidental, un ex delincuente y un magnate de la industria del carbón le tiran con munición pesada al líder de la mayoría del Senado Mitch McConnelly y se lanzan acusaciones de corrupción con tintes racistas.
En Ohio, los republicanos sin duda elegirán a alguien más conservador que el gobernador saliente John Kasich, un republicano moderado que con frecuencia critica a Trump. Hasta la ex compañera de fórmula de Kasich, la vicegobernadora Mary Taylor, plantea dar marcha atrás con algunas políticas centristas de Kasich, incluida la expansión del seguro médico estatal Medicaid iniciada por los demócratas bajo el gobierno de Barack Obama.
Las tasas de aprobación de Trump se mantienen en torno al 40% y las del Congreso, controlado por los republicanos, en la mitad. Y el nuevo rumbo que parecen estar buscando los republicanos preocupa a varios dirigentes de ese partido.
La extrema izquierda y la extrema derecha creen que van a dominar estas elecciones, expresó John Weaver, fecuente detractor de Trump y estratega de Kasich, quien ha perdido todo peso en el proceso para encontrar un sucesor.
Tal vez pienses que es astuto encadenarte al presidente en las primarias, dijo Weaver. Pero cuando el barco se hunda, tal vez no puedas sacarte las esposas.
Los republicanos de Carolina del Norte decidirán la suerte del representante Robert Pittenger, que enfrenta nuevamente a un rival que casi lo derrota hace dos años. Pittenger menciona a Trump con frecuencia en su campaña y su desafiante, el pastor de Charlotte Mark Harris, trata de usar eso en su contra, afirmando que Pittenger es una figura de Washington que se niega a ayudar a Trump a limpiar el pantano, como prometió el mandatario.
Por reñidas que sean, las elecciones de mitad de término a menudo sirven como barómetros para medir el sentir del electorado con miras a los comicios presidenciales.
Dallas Woodhouse, quien dirige el Partido Republicano de Carolina del Norte, dice que los candidatos se benefician porque deben exponer sus puntos de vista y los votantes se informan más.
Trump y su rival demócrata Hillary Clinton sobrevivieron a duras elecciones internas en el 2016. Clinton sacó más votos, pero en los estados decisivos, Trump marcó la diferencia al alzarse con más delegados para el Colegio Electoral, que es el que elige al presidente.
Los republicanos observan lo que sucede en Virginia Occidental, por ejemplo, y no ven nada alentador.
Don Blankenship acusó a McConnell de crear trabajos para los chinos y afirma que la familia china del senador le ha dado millones de dólares. La esposa de McConnell es Elaine Chao, secretaria de Transporte de Trump, nacida en Taiwán.
Trump pidió a los votantes de Virginia Occidental que no apoyen a Blankenship, diciendo que perdería la elección general, como sucedió con Roy Moore en Alabama. El presidente escribió el lunes un tuit en el que dice que Blankenship no puede ganar en las elecciones generales en su estado. ¡De ninguna manera! Recuerden Alabama. ¡Voten por el representante Jenkins o por el SJ (secretario de justicia de Virginia Occidental Patrick) Morrisey!.
Los candidatos a senador en Indiana tratan de captar a los votantes de Trump usando la dura retórica del mandatario en relación con la inmigración e insultándose entre ellos.
Los demócratas se deleitan viendo varias contiendas ya que tienen menos problemas para seleccionar sus candidatos. Los grandes triunfadores serían los senadores Joe Manchin, de Virginia Occidental, y Joe Donnelly, de Indiana, que evitaron desgastadoras batallas.
El favorito demócrata en Carolina del Norte, Dan McCready, recaudó casi 2 millones de dólares, más que Harris y Pittenger juntos, en un distrito que Trump ganó por un 12%. Esta contienda será competitiva, admitió Harris.
En la batalla por la gobernación de Ohio, el ex representante Dennis Kucinich, reconocido liberal, y Richard Cordray mantuvieron un tono civilizado. Cordray, quien sirvió en el gobierno de Obama, es el favorito.
En Ohio los republicanos, liderados por elementos afines a Trump que desplazaron a muchos aliados de Kasich después de las elecciones del 2016, apoyan al secretario de justicia Mike Dewine y Tylor ha rechazado el respaldo de Kasich.
Si los republicanos están divididos entre los republicanos de Trump y los republicanos de Kasich, los de Trump ganaron, afirmó el líder de los demócratas de ese estado David Pepper. Y eso nos beneficia a nosotros.
Los demócratas deben apropiarse de dos docenas de escaños republicanos para recuperar la mayoría en la cámara baja, y tendrían que hacerlo ganando distritos que fueron pensados para beneficiar a los republicanos.
En el Senado, los demócratas necesitarían añadir dos bancas para tener la mayoría. Eso, no obstante, no será fácil, pues también deberían conservar 26 escaños, incluidos 10 en estados ganados por Trump. Los republicanos defienden nueve bancas, ocho de ellas en estados que ganó Trump.
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Barrow informó desde Washington y Atlanta. Está en https://twitter.com/BillBarrowAP