Canadiense linchado habría matado a curandera en Perú
LIMA (AP) Los resultados de las pruebas de laboratorio realizadas a la ropa de un canadiense revelaron una alta probabilidad de que haya sido el autor del asesinato de una famosa curandera antes de que él fuera linchado en la Amazonía peruana.
Ricardo Jiménez, jefe de los fiscales de la región Ucayali, dijo a la radio RPP que las pruebas realizadas a la ropa del canadiense Sebastian Woodroffe arrojaron restos de plomo, bario y antimonio. Manejamos como "alta probabilidad" que él haya sido el "autor del disparo" que mató la curandera Olivia Arévalo, de 81 años, comentó.
Un testigo dijo la semana pasada a los fiscales que poco antes de la muerte del extranjero, de 41 años, vio caer una pistola plateada de su mochila. En tanto, otro testigo indicó que a inicios de abril le había vendido un arma al canadiense. Todavía no se ha determinado si los tres casquillos de bala hallados alrededor del cadáver de Arévalo coinciden con las balas que dispara la pistola vendida al canadiense.
El fiscal Jiménez indicó que aún no se ha descubierto la razón por la que el canadiense habría matado a la curandera.
Sin dar demasiados detalles añadió que Woodroffe "al parecer" seguía un tratamiento con la curandera y que en el pasado reciente el extranjero había sido conducido en más de una oportunidad a la comisaría local por su carácter agresivo.
Arévalo fue asesinada el 19 de abril en la comunidad indígena llamada Victoria Gracia, en la región Ucayali. Pocas horas después Woodroffe fue linchado y ahorcado por pobladores de esa comunidad. Su muerte fue grabada en video por un testigo con su teléfono celular, lo que permitió a la policía identificar a dos pobladores como los autores del linchamiento. Ambos se encuentran prófugos.
Woodroffe, natural de la provincia canadiense de Columbia Británica, llegó a la Amazonía para aprender medicina tradicional con el fin de ayudar a quienes sufren adicciones.
Cada año turistas extranjeros viajan a la Amazonía para experimentar con la ayahuasca, un brebaje alucinógeno elaborado con plantas nativas. Tribus indígenas de Brasil, Perú, Ecuador y Colombia lo consideran una cura para varias dolencias, pero cada vez es más consumido por quienes buscan experiencias que alteren la mente, a veces con consecuencias mortales.
En 2015 un canadiense apuñaló fatalmente a un inglés después de que ambos bebieron ayahuasca en una ceremonia espiritual a unas horas en auto de donde mataron a Woodroffe.