Estudiantes mexicanos mueren en medio de lucha de cárteles
CIUDAD DE MÉXICO (AP) Los tres estudiantes de cine desaparecidos en marzo, cuyos cuerpos fueron disueltos en ácido, son las últimas víctimas de la lucha entre distintos grupos del crimen organizado en México y la violencia resultante ha provocado la desaparición de más de 30.000 personas en todo el país en la última década.
Los fiscales del estado de Jalisco, donde ocurrieron los hechos, explicaron el lunes por la noche que los jóvenes fueron secuestrados por el cártel de Jalisco Nueva Generación, una de las organizaciones criminales más poderosas del país en estos momentos, porque los confundieron con miembros de un grupo rival. Hay dos personas detenidas por estos hechos y otras cuatro órdenes de aprehensión pendientes de cumplimentar.
Y aunque deshacerse de los cuerpos es una táctica utilizada por la delincuencia para hacer desaparecer a sus víctimas, la constatación de que éste fue el destino de unos jóvenes impactó con fuerza en México.
Los estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales identificados como Javier Salomón Aceves Gastélum, Jesús Daniel Díaz García y Marco Francisco García Ávalos, estaban filmando un proyecto para su escuela en una vivienda en las afueras de la ciudad de Guadalajara, una casa que era de la tía de uno de ellos y había sido utilizada por un grupo criminal antagónico llamado Nueva Plaza.
La tía presuntamente estaba implicada en un caso de tráfico de personas y prostitución en Guadalajara y en 2015 en ese lugar había ocurrido una detención. También se habían visto ahí en el pasado vehículos con personas armadas.
Sin saberlo, los estudiantes estuvieron en un lugar de grave riesgo y estaban siendo vigilados por el Cartel de Jalisco, indicó el fiscal del estado, Raúl Sánchez. De hecho, los dos detenidos eran las personas que tenían este cometido.
Cuando terminaron de filmar y subieron a un auto, los jóvenes fueron interceptados por seis individuos fuertemente armados que se identificaron como personal de la fiscalía y se los llevaron.
Uno de los estudiantes fue asesinado a golpes. A los otros dos los mataron después de torturaros. Aparentemente, según las autoridades, sus captores los confundieron con integrantes de un grupo rival y querían sacarles información.
Los tres cadáveres fueron llevados a una tercera ubicación donde presumiblemente fueron disueltos en ácido sulfúrico.
La fiscalía encontró 46 barriles, algunos con restos de ácido y halló material biológico y manchas de sangre de donde se pudo hacer pruebas genéticas y cuyo ADN coincidió con el de dos de los estudiantes. También localizó uniformes, armas y credenciales falsas de policías con las que los atacantes engañaron a las víctimas.
México ya ha escuchado de historias similares sobre todo desde la detención en 2009 de Santiago Meza, más conocido como El Pozolero, quien está actualmente en prisión por cocinar de esa manera a cientos de víctimas del cártel de Tijuana.
Las palabras no alcanzan para entender la dimensión de esta locura. 3 estudiantes son asesinados y disueltos en ácido. El ¨porqué¨ es impensable, el ¨como¨ es aterrador, denunció Guillermo del Toro, el prestigioso cineasta nacido en Jalisco.
Amnistía internacional indicó que este caso pone en evidencia la gravedad de una cadena impune de violaciones a derechos humanos
El presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Luis González Pérez, dijo que la inseguridad y violencia sobre cualquier persona es reprochable, pero la condena se acentúa cuando las víctimas son jóvenes que tienen un porvenir, que están estudiando, que van a trabajar por México.
Basta ya de desapariciones y basta ya de impunidad, añadió.