Para Lindor, la gira de MLB les reconecta con Puerto Rico
GURABO, Puerto Rico (AP) Francisco Lindor sostuvo la pelota de béisbol en su mano, listo para lanzarla, preguntándole al niño que estaba de pie en el plato si sabía batear.
El chico dijo que no.
Quizas fue una mentirita del niño. El sutil lanzamiento del astro de los Indios de Cleveland acabó en una línea, y el niño de la Escuela Villa Marina el mismo plantel donde Lindor estudió hace varios años quedó embelesado con el astro de los Indios de Cleveland mientras los presentes aplaudían.
De esto se trata lo que estamos haciendo, dijo Lindor.
Cleveland y Minnesota están en Puerto Rico para disputar desde el martes una serie de dos juegos en San Juan. Pero los Indios y Mellizos también saben que cumplen un objetivo que va más allá de competir en esta visita. Fue por eso que varios de los jugadores de ambos equipos dedicaron su día libre a recorrer una isla que fue arrasada por el paso del huracán María en septiembre pasado.
Lindor visitó su pueblo natal. José Berríos, quien abrirá por los Mellizos en su patria la noche del miércoles, acudió a un hospital de niños en San Juan, y fue acompañado por varios de sus compañeros. El jardinero de los Mellizos Eddie Rosario fue a Guayama, la ciudad donde nació, para impartir una clínica.
"Es un honor. Es un privilegio, dijo Lindor en la escuela donde algunos varios residentes esperaron de por más de una hora para poder ver al ídolo de Gurabo. Me siento bendecido de estar aquí. Es un sueño. Cosas como esta son las que quiero siempre quise hace. Desde el primer día como pelotero profesional, siempre quise regresar y hacer algo especial como esto para los niños no por mí, por los niños, por la comunidad.
Berríos lo entiende perfectamente. La noche del miércoles, el derecho de Bayamón localidad al sur de San Juan se convertirá en el segundo boricua que abre un juego de la temporada regular en el estadio Hiram Bithorn. Javier Vázquez abrió cuatro en 2003, cuando el parque fue empleado como sede alterna de los Expos de Montreal.
Es algo emotivo, dijo Berríos. Ya lo estoy sintiendo. El estadio donde vamos a jugar, ahí fue donde Roberto Clemente jugó. Mi padre lo vio jugar ahí. Vi juegos de niño ahí. Y ahora vamos a jugar ahí.
Parte del cometido de este viaje es ayudar a Puerto Rico, y los Indios aportaron una porción completa de los premios de la postemporada del año pasado, casi 37.000 dólares, para diversas causas en la isla. Algo de eso dinero fue destinado al plantel Nuestra Escuela, muy afectado por el huracán. Las esposas de los jugadores de los Indios hicieron una donación aparte.
Todo un honor, dijo Ana Yris Gusman Torres, la directora de la escuela con el cheque que le entregaron con un sobre del equipo. Vamos a tratar de darle el mejor uso posible.
Mucho más se distribuirá en los próximos días en cuanto a donativos.
El martes, un camión de carga y una furgoneta que servirá como unidades de respuesta rápida con el financiamiento de MLB serán entregados. Ambos vehículos están provistos de suministros para ayudar en las tareas de reparación y construcción de casas en Puerto Rico.
Al día siguiente, otro cheque de MLB será entregado para pagar más 2.000 nuevos uniformes de jugadores de Pequeñas Ligas, al igual que una donación del sindicato de jugadores.
El deporte suele ser minimizado, comentó Bobby Bonilla, el ex jugador de los Piratas y Mets nació en Nueva York y es de descendencia puertorriqueña mientras observaba a Lindor interactuar con los niños mientras una desgarrada lona azul soplaba sobre un techo en la distancia. El deporte ayuda a sanar. Y bastante.
La última vez que el Hiram Bithorn albergó juegos de Grandes Ligas fue con una serie entre los entonces Marlins de Florida y los Mets de Nueva York en 2010. Los Marlins y Pittsburgh iban a disputar una serie de dos juegos en San Juan por el día de Roberto Clemente en 2016, pero los juegos debieron disputarse en Miami por el miedo generado por el virus del Zika.
Pero se espera algo muy diferente el jueves.
Será muy emocionante, vaticinó Lindor. Es algo que valoro, cada segundo. Me siento bendecido de que todo esté dándose de buena manera ... Es un sueño hecho realidad.