Egipto empieza a votar en comicios que reelegirán a el Sisi
EL CAIRO (AP) Los centros electorales abrieron sus puertas el lunes en Egipto para unas presidenciales que durarán tres días y cuyo resultado, la reelección de Abdul Fatá el Sisi, es casi inevitable. Los críticos señalan que los comicios suponen el regreso a un sistema autoritario que gobernó el país desde la década de 1950.
El exgeneral el Sisi tendrá un único rival, Moussa Mustafa Moussa, un político poco conocido que se unió a la carrera electoral en el último minuto para evitarle al gobierno la vergüenza de celebrar unas elecciones sin alternativas. Los demás políticos que mostraron su voluntad de aspirar al cargo fueron arrestados o intimidados para abandonar su candidatura.
Moussa no ha hecho ningún esfuerzo para desafiar a el Sisi, que no ha hecho ni una sola referencia a su rival en público.
Las autoridades esperan una elevada participación que legitime los comicios. Casi 60 millones de egipcios están llamados a las urnas.
Varios políticos mostraron su intención de optar a la presidencia a inicios de año, incluyendo algunos que podrían haber atraído a un considerable voto de protesta. Pero todos ellos fueron detenidos u obligados a dejar la carrera presidencial, lo que convirtió la cita electoral en la menos competitiva desde que una revuelta popular derrocó a Hosni Mubarak en 2011 y generó esperanzas de un cambio democrático.
El Sisi votó tras la apertura de los centros de votación, a las 09:00 de la mañana, en una escuela femenina del suburbio de Heliopolis, a las afueras de la capital, El Cairo. No realizó declaraciones y estrechó la mano de los funcionarios electorales antes de irse de la escuela.
Los electores no formaron largas colas para votar en varias zonas de la capital, pero elecciones pasadas demostraron que muchos egipcios prefieren hacerlo por la tarde o de noche. Las autoridades no declararon feriado durante las tres jornadas que durará la votación. Imágenes aéreas emitidas por televisoras locales mostraron una mayoría de mujeres entre los primeros votantes, además de escenas festivas en el exterior de los centros, con cánticos de mujeres y escolares.
Las autoridades desplegaron a decenas de miles de policías y soldados para proteger los centros de votación y otras instalaciones clave durante los comicios.
Mohammed Ibrahim Ali, un ingeniero retirado, esperó pacientemente a la apertura de las urnas en el bullicioso vecindario capitalino de Sayda Zeinab, una zona de clase media que alberga un venerado santuario islámico.
"Aunque hubiese 1.000 candidatos, nosotros votaremos por el Sisi", dijo intentando hacerse oír por encima de las canciones patrióticas que salían de los altavoces instalados cerca. "l es quien hace que la vida sea grandiosa aquí.
Ahmed Abdel-Atti, un portero de edificio del mismo vecindario, de 58 años, expresó su escepticismo. "¿Ve a algún otro candidato?", dijo. Un joven que estaba junto a él, y que se negó a ser identificado por temor a represalias, añadió: "Es un trato cerrado, en referencia a la reelección casi segura del presidente.
Durante la campaña electoral oficial, en lugar de participar en alguno de los múltiples actos celebrados por sus seguidores o de aparecer en anuncios de televisión, el Sisi optó por funciones cuidadosamente diseñadas y emitidas por televisión. El exgeneral vistió sus uniformes militares en contadas ocasiones, destacando la guerra contra los extremistas islámicos y quizás como recordatorio a los votantes de que él encabezó el derrocamiento del divisivo presidente islamista Mohamed Morsi, en el verano de 2013.