Ante implacable ofensiva, rebeldes abandonan sector de Siria
BEIRUT (AP) Cientos de rebeldes y civiles sirios fueron evacuados el domingo de una segunda localidad de Ghouta Oriental, tras años de asedio y semanas de intensos bombardeos por parte de las fuerzas oficialistas.
Cerca de 900 personas fueron evacuadas de la localidad ubicada en el extremo sur de la región de Ghouta Oriental, de acuerdo con la televisora estatal Al-Ikhbariya. Así como unos 1.000 combatientes y civiles que abandonaron la zona el sábado por la tarde, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Fueron evacuados en autobuses, incluidos los de color verde que se han convertido en un símbolo de derrota para la oposición siria. Se trata de una reubicación de la población mientras el gobierno retoma el control de las ciudades a lo largo y ancho del país.
Los combatientes se dejaron caer en los asientos, escondiendo sus rostros de las cámaras de televisión, mientras los niños observaban a través de las ventanas.
La evacuación asemeja otras en las que los rebeldes han entregado franjas de territorio alrededor de Damasco, la capital de Siria, y de otras ciudades importantes después de años de asedio y de bombardeos a manos de las fuerzas del presidente Bashar Al-Assad. Se han visto superados por la abrumadora artillería y poder aéreo de las fuerzas del gobierno, impulsadas por el apoyo de la Guardia Revolucionaria de Irán y de la fuerza aérea rusa.
Los rebeldes comenzaron a evacuar otra zona de Ghouta Oriental el jueves. Cerca de 7.000 personas abandonaron la localidad de Harasta, bastión de los rebeldes en la provincia de Idlib, en el norte de Siria.
El gobierno sirio ofrece a los rebeldes y a los residentes la opción de entregar sus armas y unirse al Ejército o a irse junto con sus familias a otros territorios controlados por rebeldes en Siria. Decenas de miles han elegido irse con sus familias en lugar de unirse a los militares o a arriesgarse a ser detenidos por las vengativas fuerzas de seguridad del país.
Los críticos denuncian que la oferta aumenta la cantidad de desplazados y recompensa las brutales tácticas de asedio que han privado a cientos de miles de civiles de comida y medicamentos. Expertos han calificado tales tácticas como crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.