Los turistas juegan al polo por un día en Argentina
CAPILLA DEL SEOR, Argentina (AP) Montado en un caballo de polo en la Pampa argentina, Martin Folan hace girar un mazo y golpea la bola con un sonoro golpe, enviándola entre dos postes entre vítores de ¡Gol!.
No estuvo mal, para ser su primera vez a caballo.
El polo ha sido tradicionalmente un deporte exclusivo y glamuroso reservado a una élite adinerada. Pero en Argentina, de donde proceden los mejores jugadores del mundo, los turistas pueden montar a caballo, aprender de los profesionales cómo golpear la pelota de plástico de alto impacto e incluso jugar un partido por menos de 200 dólares al día.
Era mi primera vez en un caballo e intimidan bastante, la verdad, para un hombre en el suelo. Pero fue fabuloso trotar por ahí, comentó Folan mientras sujetaba las riendas sobre su caballo.
Al comenzar el día nunca pensé que haría esto, añadió el londinense.
Se cree que el polo es uno de los deportes de equipo más antiguos y su origen se remonta al 600 antes de Cristo en Persia. Después se expandió por Asia y llegó a Gran Bretaña desde India. Pero Argentina, con sus amplias llanuras y su rica cultura de hipismo entre los jinetes argentinos, conocidos como gauchos, ha terminado por dominar el polo profesional en todo el mundo.
En el interior del país se juega muchísimo al polo y se hace de manera mucho más informal, dijo Juan Pablo Alessandrini, portavoz de la Asociación argentina de Polo. Acá los chicos comienzan desde muy pequeños a andar a caballo y a conocer el polo como deporte, esa es una gran ventaja con respecto a otros países.
En todo el país hay unos 3.000 jugadores registrados de polo y muchos más que lo practican de modo más informal. El Abierto Argentino de Polo, que se celebra cada año en Palermo, un barrio de Buenos Aires, suele agotar los 14.000 boletos en un estadio que muchos jugadores consideran la catedral del polo mundial.
El servicio Argentina Polo Day, dirigido a turistas, tiene su sede en La Carona Club, a una hora por carretera hacia el norte desde la capital. Su fundador, Rubén Jabib, dijo que se le ocurrió la idea cuando tenía un restaurante a unas cuadras de los campos de polo en Palermo, en el que a menudo encontraba turistas interesados en el deporte.
Utiliza dos campos al aire libre y construyó otro cubierto para que los turistas sin experiencia puedan jugar todo el año, independientemente del tiempo. El paquete de una jornada también incluye el transporte, vino y un asado tradicional argentino.
Otros clubes ofrecen servicios similares de un día, pero en general, el deporte de los reyes suele ser un juego de los súper ricos en villas y complejos de lujo.
Lo que hicimos fue descontracturarlo al polo, dijo Jabib. Antes de crear esto, la gente necesitaba tener caballo, petisero, establos. Yo acá le brindo a la gente todo: casco, botas, caballo... y a jugar.
En un día reciente, el instructor francés de polo Stephane Buton enseñaba a un grupo de turistas de Gran Bretaña, Rusia, Islandia y Estados Unidos cómo golpear la pelota con el mazo. Cerca, un grupo de ponis relinchaba y chapoteaba en un estanque, refrescándose tras un partido.
Es diferente para los ingleses porque ellos llevan a sus caballos por la izquierda, bromeó Jon MacLeod, de 74 años y procedente de Seattle, Washington, provocando risas en el grupo.
Su cuñado, Jed Hulsey, de 62 años y procedente de Newport Beach, California, hizo oscilar el mazo como un péndulo.
Juego al golf, y juego al tenis y me gusta manejar las raquetas. Creo que esto es un poco parecido en cierto modo, dijo Hulsey. Aunque (añadir) el montar a caballo a la ecuación lo hace un poco diferente, más divertido.
La gente se refiere en ocasiones a este deporte como hockey sobre hierba a caballo. Pero Nacho Figueras, una estrella argentina del polo, dice que es más bien como jugar al golf durante un terremoto.
Durante la lección, Buton explicó que un juego suele consistir en seis periodos de siete minutos llamados chukkas. Los turistas se turnan haciendo sonar una campana para indicar el final del chukka mientras miran a los jugadores del club competir a un ritmo vertiginoso en un partido de entrenamiento.
Es muy extraño, porque siempre pensé que el polo era para los muy ricos, los aristócratas, dijo Alina Gorlino, de San Petersburgo, Rusia. Incluso pensé al venir a Argentina que sería imposible ver polo porque habría que ser miembro de un club. De modo que para mí es muy agradable poder verlo y es otro placer poder jugar.
Durante la comida, Jabib, el propietario del club, bromeó con que su club es tan informal que mientras algunos clubes británicos de polo pueden tener Russell terriers con pedigrí, él está orgulloso de la manada de amistosos perros mestizos que esperan bajo la mesa a que los turistas les lancen un hueso.
Si quieres aprender polo, tienes que venir a Argentina. Es mucho más accesible, es un polo mucho más de base, comentó James Margetson, londinense de 22 años, que estaba haciendo unas prácticas de seis meses en el club. Allí ayudaba a cuidar de los caballos a cambio de lecciones de polo.
El problema con el polo en Inglaterra es que puede ser muy de nicho. Puede ser muy difícil entrar los clubes adecuados, y es muy caro, comentó. En argentina puedes ser un jinete con cuatro, cinco caballos y montar y jugar un partido de polo.
Tras la comida el grupo se puso rodilleras y cascos y se preparó para montar.
El partido era lento al principio, pero luego ganó velocidad. Pese a ser novatos, Folan y su compatriota inglés James Cannan anotaron dos goles cada uno.
Estaba un poco nervioso al principio, ¡pero terminó siendo muy emocionante!, dijo Cannan entusiasmado tras el partido.
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En internet:
Argentina Polo Day: https://argentinapoloday.com.ar .
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Luis Andres Henao está en Twitter como: https://twitter.com/LuisAndresHenao .