Carnaval: Atuendos ligeros no son invitación a manoseos
RÍO DE JANEIRO (AP) Ana Lobo, quien está en el sexto mes de embarazo, participaba en una fiesta callejera previa al carnaval el fin de semana pasado cuando un hombre empezó a gritarle e insultarla.
¡Prostituta!, recuerda que le decía, aparentemente porque estaba ligera de ropas.
Algunos hombres creen que pueden hacer lo que quieran con tu cuerpo, expresó Lobo, una artista de 29 años que esa misma noche asistió a una de varias fiestas callejeras con temas feministas. Es hora de que las mujeres aprovechen el momento para combatir los excesos de los hombres.
Muchas mujeres de la ciudad más grande de América Latina están haciendo eso precisamente durante los festejos del carnaval, organizando fiestas en las que todas las interpretaciones musicales son hechas por mujeres y vendiendo camisetas, collares y coronas con mensajes como mis pechos, mis reglas. También organizan campañas para denunciar y combatir el acoso.
El movimiento #yotambién contra la violencia sexual que cobró tanta fuerza en Estados Unidos todavía no se ha hecho sentir en Brasil, que tiene una de las tasas de homicidios de mujeres más altas del mundo, según la organización sin fines de lucro Mapa da Violencia.
Mientras que organizaciones femeninas afirman que todavía falta mucho en Brasil para eliminar la desigualdad y el machismo, hay quienes creen que se puede gestar un movimiento más grande a partir del diálogo sobre el acoso durante el carnaval y de lo que las autoridades y varias agrupaciones están haciendo para hacer frente al acoso.
El carnaval en sí empieza el viernes y se prolonga hasta el miércoles, pero en algunas ciudades, incluida Río, los festejos duran semanas. Hay cientos de fiestas barriales en las que abunda la bebida y se baila samba todo el día. El festejo llega en pleno verano y las mujeres a menudo lucen indumentarias muy ligeras.
Debora Thome, quien en el 2015 fue una de las organizadoras de una fiesta llamada "Mulheres Rodadas", o Mujeres con Mucho Rodaje, dice que el carnaval es un buen momento para enfocarse en la lucha contra la violencia sexual porque obliga a analizar el tema del respeto cuando abundan las mujeres que muestran mucho.
Una mujer puede estar desnuda en la calle y nadie debería tocarla, manifestó Thome, ex periodista que actualmente trabaja en un doctorado sobre la participación de la mujer en la política brasileña.
Mulheres Rodadas empezó como una reacción a una foto que se hizo viral en Facebook de un hombre que sostenía un cartel que decía no me merezco una mujer con mucho rodaje.
Thome y Renata Rodrigues, cofundadora de la fiesta, convocaron el encuentro de protesta en broma, pero en 24 horas más de 1.000 mujeres habían dicho que asistirían. Inmediatamente se dieron cuenta de que allí había tocado un punto muy sensible.
El carnaval es una parte pequeña de un problema mucho más grande, dijo Rodrigues.
Desde entonces se han formado numerosos grupos que organizan fiestas feministas en todo el país.
Hay grupos musicales integrados exclusivamente por mujeres y canciones provocativas, que juegan con los papeles sexuales tradicionales y que incluso se burlan de expresiones denigrantes. En una fiesta reciente, cientos de mujeres se disfrazaron de animales con cuyos nombres las habían insultado, según dijeron. Había vacas, pirañas, gallinas y cobras, entre otros.
Roma Neptune, de 29 años, profesora de sociología en una escuela secundaria, dice que aprender a tocar el agogo, un instrumento de percusión generalmente usado por los hombres en el carnaval, la hizo sentirse más fuerte. Aunque agrega que se siente decepcionada por los hombres que dicen apoyar la causa de las mujeres pero en realidad no lo hacen.
Dicen que están contra el machismo, pero no ponen las manos en el fuego cuando una mujer enfrenta una situación peligrosa, afirmó Neptune, que estaba vestida como una vaca y tocaba en una banda.
Anderson Semme, uno de unas pocas decenas de hombres que participaban en la fiesta, estuvo de acuerdo.
Los hombres debemos reconocer que estuvimos equivocados por mucho tiempo y hacer las cosas bien ahora, manifestó Semme, un técnico de computadoras de 34 años.
Mientras escuchaba música con su hija de tres años, María Marzal analizó por qué quería ir a la fiesta. Esta enfermera de una sala de emergencia dijo que en cada turno ve al menos una mujer que ha sido violada.
Es un miedo real, un miedo cruel, expresó Marzal, de 27 años.
El año pasado, la policía militar de Río recibió 2.154 llamadas denunciando violencia contra las mujeres durante el carnaval. O sea, una mujer era violada cada pocos minutos. Fue por ello que las autoridades y organizaciones no gubernamentales decidieron lanzar una campaña contra la violencia sexual.
Se están distribuyendo miles de calcomanías con mensajes como ¡no es no! o el que me toquetees no va a hacer que te dé un beso. Las redes sociales alientan a las mujeres a que denuncien los actos de acoso.
La mayor Claudia Morais, oficial de la policía de Río que trabaja en los delitos contra las mujeres, dice que el debate actual es un buen paso, pero que las mujeres deben denunciar estos episodios.
Recientes cambios en las leyes permiten que el agresor sea acusado de violación incluso si no hubo penetración, expresó Morais, quien dio el ejemplo de un hombre acusado de violación por eyacular sobre una mujer en un autobús público.
Al menos, si un hombre es detenido y tiene que presentarse ante un juez, lo va a pensar dos veces antes de hacer lo mismo en el futuro, manifestó.
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Peter Prengaman está en twitter.com/peterprengaman