Paraguay: guerrilla libera a dos menonitas secuestrados
ASUNCIN (AP) Dos hombres pertenecientes a colonias menonitas del norte de Paraguay fueron liberados el lunes por la guerrilla tras permanecer secuestrados durante cuatro meses.
El grupo rebelde Ejército del Pueblo Paraguayo había pedido un rescate de 500.000 dólares por cada uno, pero los padres de ambos dijeron en conferencia de prensa que no podían reunir esa cantidad. A cambio, y por indicación de la guerrilla, las familias entregaron en diciembre alimentos a comunidades pobres en forma gratuita.
El teniente coronel Víctor Urdapilleta, vocero de la fuerza antiterrorista, informó a The Associated Press que ambos colonos -el mexicano Franz Hiebert y el paraguayo Bernhard Blatz- fueron liberados en un bosque en la localidad de Zanja Morotí (Agujero blanco, en guaraní) en el departamento de Concepción, 400 kilómetros al norte de Asunción.
Hiebert, de 32 años, reside en la colonia Santa Clara mientras que Blatz, de 22, es de la colonia Río Verde.
El fiscal antisecuestro Joel Cazal dijo en conferencia de prensa en la zona de la liberación que "esperamos que estos liberados nos den alguna información, si la poseen, sobre los demás secuestrados por el grupo criminal, un hacendado y un policía.
Hiebert fue ingresado horas después a un hospital de Asunción "para ser tratado por infecciones, varias lesiones cutáneas, incluso llagas en la pierna derecha, deshidratación y problemas relacionados con el nivel de colesterol", informó en rueda de prensa el médico Guillermo Martínez.
En tanto, el senador Arnoldo Wiens del oficialista Partido Colorado y ex pastor menonita, explicó en la misma reunión de prensa que Hiebert "fue víctima de insectos y alimañas en el bosque en donde estuvo meses sentado sólo sobre un tronco".
Abraham Ferh, de 36 años, otro menonita secuestrado en 2015 con fines extorsivos, fue encontrado muerto el 11 de enero en el interior de una hacienda hasta donde llegaron los agentes antiterroristas luego de recibir datos precisos -a través de un panfleto- sobre el sitio de su tumba.
Los médicos forenses no pudieron decir con exactitud la causa del fallecimiento pero aclararon que el cadáver no tenía rastros de agresiones con arma de fuego, cuchillo u otro tipo de objeto. Tampoco había huellas de tortura física. Los padres indicaron que su hijo sufría de una cardiopatía.
La guerrilla, que opera en el norte del país, es señalada por las autoridades como responsable del asesinato de 21 militares, 13 policías y 27 civiles desde 2008.