Ruanda y Uganda intercambian acusaciones sobre refugiados
KIGALI, Ruanda (AP) Más de un mes después de haber sido torturado por fuerzas de seguridad de Uganda, según dijo, el ciudadano de Ruanda Fidel Gatsinzi sigue cojeando por sus lesiones.
Gatsinzi afirma que fue detenido por agentes de los servicios de seguridad después de visitar a su hijo en una universidad ugandesa en diciembre y que 12 días de golpizas mientras estaba encapuchado lo conminaron a una silla de ruedas por varios días tras su liberación.
Me acusaban de ser un espía de Ruanda y un asesino. Decían que estaba en Uganda persiguiendo refugiados ruandeses, declaró Gatsinzi a la Associated Press. Rechazó esas acusaciones y dijo que vio a otros ruandeses que eran torturados y quedaban en muy mal estado.
Estos países vecinos de África oriental mantienen relaciones tensas desde hace años por la negativa de Uganda a repatriar por la fuerza a los refugiados de Ruanda, incluidos algunos que se sospecha participaron en el genocidio de 1994. Gente como Gatsinzi dice que se encuentran en el medio de un fuego cruzado, generando sospechas tanto en un país como en el otro.
Para el gobierno de Ruanda, la existencia de refugiados va en contra del relato oficial de paz y estabilidad tras años de recuperación del genocidio. Muchos refugiados, no obstante, temen ser detenidos con cargos falsos si regresan.
Uganda persigue a ruandeses que sospecha están a la caza de refugiados y algunos son torturados como parte de este proceso, según Gawaya Tegulle, abogado ugandés que visitó a ruandeses detenidos.
Visité a Gatsinzi y puedo decir que las torturas a que fue sometido son inhumanas. No podía hablar, expresó Tegulle, quien piensa llevar el caso a la Corte Suprema, acusando al gobierno ugandés de detención ilegal y torturas.
Cuando empezaron a circular estas denuncias en las últimas semanas, el presidente de Ruanda Paul Kagame presidió el mes pasado un encuentro entre delegados de ambos países para analizar el tema. La reunión del 5 de enero en la capital de Ruanda, Kigali, abordó, entre otras cosas, los arrestos y las desapariciones de ciudadanos de Ruanda en Uganda, indicó el ministro de relaciones exteriores ruandés Louise Mushikiwabo en Twitter.
El ministro ugandés de relaciones internacionales Henry Okello Oryem aseguró que las tensiones no van a escalar. Ruanda es un aliado estratégico histórico de Uganda y las dos naciones trabajan por la paz, expresó a la AP.
El vocero del ejército ugandés, brigadier Richard Karemire, se abstuvo de comentar las denuncias de detenciones y torturas de ciudadanos de Ruanda.
El presidente de Ruanda es acusado desde hace tiempo de tratar de asesinar o de hacer desaparecer a ex aliados y a disidentes, incluso en otras naciones. l lo ha negado.
A fines del año pasado, la policía ugandesa y un oficial del ejército ruandés retirado, Rene Rutagungira, fueron detenidos y acusados de secuestrar a un refugiado ruandés en Uganda y de transferirlo a las autoridades de Ruanda.
El refugiado secuestrado fue el teniente Joel Mutabazi, ex guardaespaldas de Kagame que se fue del país en el 2011 por sentirse perseguido y que fue entregado por la fuerza a Ruanda en el 2013, según la denuncia. Fue sentenciado a cadena perpetua por su papel en actividades terroristas y otras acusaciones, que él rechaza.
No está claro cómo fue que Mutabazi, quien estaba a cargo de la agencia de refugiados de las Naciones Unidas, terminó en manos de la policía ugandesa y luego de las autoridades ruandesas. Es inaceptable que lo hayan entregado sumariamente a la policía del país donde se sentía perseguido, afirmó en su momento Daniel Bekele, de Human Rights Watch. Esta organización ha exhortado al gobierno ugandés a que proteja a los ruandeses que viven en ese país.
El regreso de un refugiado tiene que ser voluntario, recordó la portavoz de la agencia para refugiados de la ONU en Ruanda Nana Heltberg. Agregó que en la actualidad hay unos 250.000 refugiados ruandeses.
