En dramático duelo, Vikings vencen en casa 29-24 a Saints
MINNEAPOLIS, Minnesota, EE.UU. (AP) Case Keenum no tenía mucho más qué hacer excepto lanzar un pase largo y esperar un milagro.
Y el milagro llegó.
Keenum completó un desesperado pase el domingo en la última jugada del partido, y Stefon Diggs se escabulló para concretar un pase de touchdown de 61 yardas que dio a Minnesota una victoria el domingo por 29-24 sobre los Saints de Nueva Orleans en un final dramático que dio a los Vikings un boleto a la final de la Conferencia Nacional de la NFL.
Keenum terminó con 318 yardas por aire al acertar 25 de 40 pases y una intercepción, pero ese definitorio pase de anotación a 10 segundos del final _en una jugada de evidente error defensivo de los visitantes_ coronó un último intento de Minnesota ante un marcador adverso de 24-23 en jugada de tercera y diez.
Sabíamos que aún había una posibilidad. Había cierta esperanza, y nos dijimos, ´hey, lancemos un pase largo o dos a ver qué pasa´, declaró un emocionado Keenum. (Diggs) estaba bien cubierto... yo vi una pequeña abertura y lo lancé, y él saltó y, bueno, ustedes lo vieron.
El triunfo lleva a los Vikings a un choque con los Eagles de Filadelfia el próximo domingo, y los coloca a una victoria de un Super Bowl en Minnesota _lo que los convertiría en el primer equipo de la NFL en disputar una final en casa.
Drew Brees había guiado a los Saints en la serie previa, que culminó con un gol de campo de Wil Lutz de 43 yardas _lo que puso arriba a Nueva Orleans con 25 segundos restantes. Brees conectó 25 de 40 pases para 294 yardas, con tres touchdowns por aire pero un par de intercepciones en la primera mitad.
Pero los Vikings, sin tiempos fuera y prácticamente sin opciones, se jugaron el pase a la final de Conferencia con un lanzamiento de Keenum desde su propia yarda 39. Diggs saltó frente al defensivo Marcus Williams, quien realizó un extraño clavado debajo del receptor en un pésimo intento de tacleo.
Diggs atrapó el balón, logró girar manteniéndose con ambos pies dentro de la cancha y corrió sin ser detenido hasta la zona de anotación ante la euforia de un atiborrado U.S. Bank Stadium.
"Simplemente me siento agradecido", declaró Diggs. "Ellos siempre nos consideraron eliminados. Nadie pensaba que lo podíamos hacer. Este juego estaba resuelto. Pero yo no dejaría de jugar hasta que el reloj llegara a ceros. Eso es todo".
No fue algo parecido a Franco Harris y la llamada Inmaculada Recepción de Pittsburgh en los playoffs de 1972, pero estos Vikings sin duda recorren un camino muy especial. Terminaron la temporada con marca de 13-3, confiando la ofensiva al siempre suplente Keenum después que Sam Bradford quedara fuera con una lesión de rodilla después del primer juego de la campaña.
Los Vikings jugarán en Filadelfia el próximo fin de semana, después que Jacksonville visite Nueva Inglaterra en un duelo por el título de la Americana. El Super Bowl se jugará en Minnesota dos semanas después.