Apagón se roba reflectores en feria tecnológica de Las Vegas
LAS VEGAS (AP) Miles de personas que asistieron a la mayor feria de tecnología del mundo tuvieron el miércoles la oportunidad de probar la duración de la batería de los nuevos dispositivos cuando algunas salas de exposición se quedaron sin energía dentro del amplio Centro de Convenciones de Las Vegas.
El apagón duró alrededor de dos horas en el evento anual CES, en Las Vegas. Sony, Samsung, Intel, Qualcom y LG son algunas de las compañías con los stands más grandes en el área central de la convención, la cual fue la más afectada y tuvo que ser evacuada. Algunas salas de reuniones en el corredor sur también se quedaron sin energía.
La sala de prensa estaba débilmente iluminada gracias a las luces de emergencia y al brillo de las laptops que continuaron funcionando con la energía de la batería.
Rick Rohmer, ingeniero de productos para el especialista en sistemas eléctricos Legrand, dijo que el apagón afectó solo a una parte del stand de Qi, un consorcio de compañías que fabrica cargadores inalámbricos. La mayor parte de su exhibición estaba encendida cuando cientos de asistentes pasaron en la oscuridad en su camino hacia una televisión de pantalla gigante que estaba prendida en el corredor sur.
Tuvimos suerte, indicó. Si nuestro cable de extensión pasara por ahí estaríamos sin energía.
Los directivos culparon a la condensación de las fuertes lluvias, que causó que un transformador se apagara. El lunes y el martes llovió en Las Vegas, algo raro para una ciudad en el desierto.
Varias marcas aprovecharon la oportunidad para lanzar sus productos. Un vendedor invitó a la gente a visitar su stand para conocer un paquete de baterías, por ejemplo. Intel hizo un anuncio de un producto llamado Blackout (Apagón).
En Twitter circularon imágenes de estaciones de recarga de teléfonos donde algunos asistentes se reían de la mala suerte de aquellos cuyos teléfonos quedaron atrapados en la máquina, sin estarse recargando.
Tan cerca, pero tan lejos. Es divertido ver un teléfono atrapado en una máquina que esencialmente vende electricidad mientras su dueño se pasea nerviosamente a la espera. Claro, hasta que te pasa a ti.