Filipina celebra feriado católico entre una fuerte seguridad
MANILA, Filipinas (AP) Una inmensa multitud de católicos filipinos, en su mayoría descalzos, participaban el martes en una antigua y ruidosa procesión de un Cristo negro entre fuertes medidas de seguridad, tras un desastroso asedio insurgente registrado el año pasado en el país.
Aunque tanto la policía como el ejército filipino dijeron que no detectaron ninguna amenaza específica, se movilizaron más de 6.000 agentes, incluyendo francotiradores y expertos en explosivos, respaldados por vigilancia en helicóptero o con drones, para proteger la procesión anual del Nazareno Negro por las calles de la capital, Manila. Hasta media tarde, más de 700 fieles fueron atendidos por voluntarios de la Cruz Roja, en su mayoría por lesiones leves y agotamiento.
Las autoridades prohibieron las armas, la red celular estuvo sobrecargada esporádicamente en las inmediaciones del recorrido y un equipo de expertos en bombas caminaban junto a perros rastradores por el recorrido antes del paso de la multitud. Barreras de concreto bloqueaban la ruta, en parte para intentar evitar ataques como los ocurridos en Europa, donde islamistas radicales perpetraron atropellos masivos, explicó un oficial del ejército.
Cientos de insurgentes locales y extranjeros sitiaron durante cinco meses el año pasado la ciudad de Marawi, en el sur del país, dejando más de 1.100 combatientes y civiles muertos en el peor ataque vinculado al grupo Estado Islámico registrado en Asia hasta la fecha. El ejército aplastó la revuelta en octubre, pero un número no especificado de extremistas lograron huir y otros grupos nacionales, más pequeños pero agresivos, siguen suponiendo una amenaza.
Las autoridades estaban preocupadas también por posibles estampidas durante el festejo, que transcurre desde la mañana y hasta la medianoche. Según algunos, el acto podría atraer a millones de devotos, aunque es difícil ofrecer incluso una estimación.
Multitudes de fieles vestidos con camisas granates se habrían paso entre los ríos de personas que rodeaban el carruaje que portaba la imagen del Cristo a tamaño real. Arrojaron pequeñas toallas a los voluntarios en la estructura, que se mueve tirada por sogas, para pasarlas por la imagen por la creencia de que el poder del Nazareno puede curar enfermedades y conceder buena salud y fortuna.
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Los periodistas de The Associated Press Bullit Marquez, Aaron Favila y Joeal Calupitan contribuyeron a este despacho.