¿Es un pájaro, es un avión? No, es un oso polar en la pista
ANCHORAGE, Alaska, EE.UU. (AP) Scott Babcock estaba por terminar el jueves una inspección matutina en la pista de despegue del aeropuerto más septentrional de Estados Unidos, cuando vio lo que creyó que eran un par de lobos.
Echó un mejor vistazo con sus faros cuando vio algo más grande y fuerte.
Dos jóvenes osos polares se alejaron corriendo cuando vieron aproximarse la camioneta del trabajador del aeropuerto de Alaska, quien se aseguró de grabar su huida.
Bueno, es otro día más en el aeropuerto Will Rogers-Wiley Post Memorial, dijo Babcock mientras los osos se alejaban.
La mayoría de los aeropuertos sólo se preocupan de la fauna silvestre cuando se trata de choques de aves, aunque los funcionarios estatales en el aeropuerto de la ciudad de Utqiagvik, antes Barrow, tienen que estar preparados para mamíferos marinos que se aventuran del mar Chukchi y rodean la valla.
Pero los osos polares son otra historia. Llegan con garras, dientes y, en ocasiones, actitudes asesinas. Y en esta época del año, cuando el sol desaparece todo el día durante meses, es difícil verlos.
Esos osos pueden estar a 35 metros (40 yardas) de distancia y no te enteras, dijo Babcock, el encargado de operación de equipo.
Si alguien sale del edificio y estuviera atrapado entre el oso polar y la reja, las cosas podrían ponerse muy feas, muy rápido, dijo.
Para complicar el trabajo de Babcock, resulta que los osos polares son mamíferos marinos protegidos. Los trabajadores del aeropuerto no están autorizados para perseguir o amenazarlos. Si los osos deambulan, hablan al departamento de manejo de vida salvaje del condado North Slope.
Los osos salieron ilesos el jueves. Entraron al aeropuerto antes de que hubiera tráfico aéreo y los vientos de 50 kilómetros por hora (30 millas por hora) habían retrasado parte del tráfico local.