Congreso colombiano aprueba justicia especial para la paz
BOGOTÁ (AP) La Cámara de Representantes colombiana aprobó la madrugada del martes la ley que reglamenta la justicia especial que juzgará a los guerrilleros de las FARC y a los militares por los crímenes cometidos durante más de 50 años de conflicto armado interno.
Este era uno de los proyectos que tanto el gobierno del presidente Juan Manuel Santos como los miembros de las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tenían pendientes luego de la firma del acuerdo de paz en noviembre del año pasado tras más de cuatro años de diálogos en La Habana, Cuba.
Esta ley, que ya había sido aprobada por el Senado, definirá el funcionamiento de la llamada Justicia Especial para la Paz que juzgará a los exguerrilleros y militares de manera voluntaria. La Cámara de Representes resolvió que las FARC podrán participar en política luego de la firma de un compromiso de sometimiento a la justicia especial.
El presidente Santos señaló en Twitter agradezco a la @CamaraColombia la aprobación de la ley estatutaria de la JEP (Justicia Especial para la Paz). Con este paso avanzamos hacia la paz. La justicia transicional garantiza los derechos de las víctimas y sienta las bases de la reconciliación de los colombianos.
El analista político Jaime Castro dijo en diálogo con The Associated Press que en todo proceso de paz hace parte un régimen de la llamada justicia transicional... en razón del derecho internacional humanitario y de la presencia de la Corte Penal Internacional, entonces aquí era inevitable que se adoptase la justicia especial.
Pero agregó que el hecho de que el Congreso aprobó esta ley no quiere decir que los magistrados empiecen a ejercer inmediatamente, porque la ley de justicia y paz la tiene que revisar la Corte Constitucional y eso toma un tiempo aproximado de unos dos meses.
Las FARC culminaron en junio el proceso de abandono de las armas tras el acuerdo de paz que puso fin a un conflicto que dejó más de 250.000 muertos y millones de desplazados.
La guerrilla más antigua de América Latina se ha convertido ahora en un partido político y aspira a presentarse a las elecciones parlamentarias y presidenciales del próximo año.