Fuerzas de Zimbabue hablan de normalidad, reportan problemas
HARARE, Zimbabue (AP) Las fuerzas de seguridad de Zimbabue reportaron el lunes saqueos y ocupación ilegal de granjas y viviendas tras la dimisión del expresidente Robert Mugabe y la toma de posesión de su sucesor, Emmerson Mnangagwa.
La policía y el ejército dijeron sin embargo en un comunicado conjunto que la "situación en nuestro país ha regresado a la normalidad tras una crisis en la que los militares tomaron el poder y una multitud se manifestó contra Mugabe al final de sus 37 años en el poder.
La policía, ausente en las calles de la capital, Harare, durante la tumultuosa transición en el liderazgo del país, asumirá su papel como estipula la Constitución y realizará patrullas conjuntas con el ejército, incluyendo en el distrito empresarial del centro de la ciudad, señaló el comunicado.
Muchos zimbabuenses aplaudieron al ejército por su papel en la renuncia de Mugabe el pasado 21 de noviembre, pero están resentidos con la policía por supuesta corrupción. En la toma de posesión de Mnangagwa el viernes, el jefe del ejército, el general Constantino Chiwenga, recibió la ovación de las decenas de miles de personas que acudieron al acto celebrado en un estadio deportivo, mientras que el comisario de la policía, el general Augustine Chihuri, fue abucheado.
Mnangagwa, que en su día fue un aliado próximo a Mugabe y cuyo cese a principios de mes como vicepresidente derivó en el trascendental cambio de presidente, pidió a la población que no liquide viejas cuentas pendientes mientras el nuevo gobierno intenta reconstruir un país en apuros económicos. Pero el comunicado de las fuerzas de seguridad sí detalló algunos problemas.
Los agentes de la ley ya están recibiendo reportes de saqueos y ocupación ilegal de propiedades, especialmente granjas y casas, dijo la nota, que calificó estas acciones de delictivas y contrarias al espíritu de reconciliación que quiere crear el nuevo ejecutivo, y apuntó que los autores se encontrarán con todo el peso de la ley.
La tierra es un asunto problemático en Zimbabue. En 2000, el gobierno de Mugabe comenzó a confiscar terrenos y a expulsar a granjeros de la minoría blanca del país, que abandonó el poder en 1980 tras una guerra de guerrillas que ganaron los nacionalistas negros.