Expresidente Zelaya: Honduras se juega volver a democracia
CIUDAD DE MÉXICO (AP) Los hondureños elegirán domingo nuevo gobierno, pero para el exmandatario Manuel Zelaya _derrocado en un golpe de Estado en 2009_, lo que está en juego es mucho más que la silla presidencial: es la transición a la democracia que, a su juicio, se perdió en aquel momento.
Aquí en Honduras no hay democracia, hay una dictadura, dijo Zelaya en entrevista telefónica con The Associated Press. Lo que estamos pidiendo nosotros es la transición, parar al régimen para empezar un proceso democrático.
Más de seis millones de hondureños están llamados el domingo a las urnas para elegir presidente, diputados y alcaldes en lo que Zelaya auguró como un voto masivo por cambiar al gobierno con una participación mayor a 60%.
Zelaya, que gobernó el país centroamericano de 2005 a junio de 2009 como miembro del entonces del Partido Liberal, fue sacado del poder ante las acusaciones de conspiración para lograr la reelección presidencial, algo que está prohibido por la Constitución y que el político aspiraba enmendar sometiéndolo a un referendo.
Sin embargo, el domingo podría consumarse la reelección del actual presidente Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional. El mandatario logró que una Corte Suprema compuesta por integrantes afines le permitiera contender pese a la indignación de sus opositores _que aseguran que el fallo del tribunal de 2015 va en contra de la Carta Magna.
La hipocresía de la élite hondureña está de manifiesto, sentenció Zelaya. El pueblo tendrá que decidir en las urnas.
El líder izquierdista y su Partido Libertad y Refundación (Libre) _escindido del Partido Liberal_ son parte de la Alianza de Oposición contra la Dictadura que surgió tras el fallo del alto tribunal y que postula para la presidencia al popular locutor deportivo y presentador de televisión Salvador Nasralla, uno de los pocos aspirantes que podría poner en riesgo la reelección de Hernández.
No obstante, la campaña electoral no prendió, en parte, de acuerdo con los expertos, porque estuvo llena de ataques verbales y falta de propuestas para solucionar los problemas centrales de la sociedad: la corrupción _que tocó tanto los dos últimos gobernantes del Partido Nacional como al propio Zelaya_, la violencia _que sigue muy alta pese a la disminución de la tasa de homicidios_ y la falta de oportunidades _que hace emigrar del país a miles de hondureños cada año.
Zelaya se mostró preocupado por posibles irregularidades durante las votaciones y adelantó que los datos que el Tribunal de Elecciones ofrezca el domingo serán tendencias falsas y manipuladas, y que tanto la Alianza como el resto de la oposición sólo aceptarán como resultados válidos los que salgan del recuento físico de todas las actas, lo que tomará varios días.
Nueve candidatos buscan la presidencia, pero sólo Hernández, Nasralla y Luis Zelaya _aspirante del Partido Liberal y sin relación con el expresidente_ tienen posibilidades de conseguirla. De ellos, el aspirante de la Alianza es el outsider, como lo definió Zelaya al recordar que son los políticos no tradicionales los que ahora se están imponiendo en el mundo.
Zelaya no quiso hablar de sus planes futuros al afirmar que por el momento estamos luchando por ganar. Si bien se ha alineado claramente con los gobiernos populistas de izquierda latinoamericanos y siempre ha criticado a Washington _al que acusó de utilizar la reelección como excusa para derrocarle a fin de situar a las petroleras estadounidenses en Honduras_, sí dijo que la única manera de solucionar problemas como la inseguridad o la pobreza será manteniendo un diálogo honesto y sincero con Estados Unidos basado en el respeto.