Regulador financiero de EEUU tiene dos directores interinos
NUEVA YORK (AP) El director de la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor de Estados Unidos renunció el viernes y nombró a su sucesora, iniciando un conflicto abierto con el presidente Donald Trump, quien más tarde nombró a otra persona para encabezar la CFPB.
Esto significa que ahora hay dos directores interinos en la CFPB, cuando solo debería haber uno.
A principios del mes, Richard Cordray anunció que renunciaría a su cargo a finales de noviembre. Hay una gran especulación de que se va para presentar su candidatura a la gubernatura de su natal Ohio.
El mismo día que Cordray anunció su dimisión, también nombró a Leandra English, quien era la jefa de personal de la agencia, para ocupar la posición de subdirectora. Con la renuncia, English se convertirá en directora interina.
Unas horas después del anuncio, el presidente Trump nombró a su propio director interino, Mick Mulvaney, actualmente director de la Oficina de Administración y Presupuesto. Se preveía que Mulvaney fuera el elegido de Trump para el puesto hasta que se elija al director permanente.
Desde hace mucho tiempo Mulvaney ha criticado a la CFPB y ha deseado que la autoridad de la oficina se reduzca significativamente. Por eso es que la diferencia entre English y Mulvaney también será significativa.
Para poder ocupar la posición de director de la CFPB antes es necesaria una confirmación del Senado y eso podría tardar semanas o meses antes de que él o ella puedan comenzar a desempeñar su papel como director. Al nombrar a English como subdirectora, Cordray _quien fue designado por el expresidente Barack Obama_ busca que la agencia siga funcionando tanto tiempo como sea posible antes de que el nominado de Trump sea confirmado por el Senado.
La CFPB se creó como parte de unas leyes que se aprobaron en la crisis financiera de 2008 y de la subsecuente recesión. A la agencia se le otorgó una autoridad amplia para proteger a los consumidores en cuestiones relacionadas con los bancos, tarjetas de crédito, compañías de préstamos estudiantiles e hipotecarios, así como con sus interacciones con los cobradores de deudas y los prestamistas.
Casi todos los estadounidenses que tienen asuntos relacionados con bancos, compañías de tarjetas de crédito o que tienen una hipoteca se han visto afectados por las nuevas reglas que la agencia implementó.