Raisman adopta rol de defensora de víctimas de abuso sexual
Distintas personas acuden a Aly Raisman casi a diario. Se trata de desconocidos, hombres y mujeres de distintas edades, razas y orígenes, quienes ven en público a la gimnasta, seis veces medallista olímpica, y se le acercan para darle un abrazo y contarle algo.
Resultaba molesto al principio, reconoce Raisman. A mediados del año pasado, cuando presentó su autobiografía "Fierce" a los editores después de los Juegos Olímpicos de 2016, la gimnasta trató de enfocarse en su travesía, de ser una tenaz niña prodigio a una campeona.
Y si bien todo eso está ahí escrito, la parte que ha causado más impacto desde que el libro fue publicado a principios de este mes es el relato de una experiencia que Raisman no estaba segura de que podría compartir.
Es el capítulo 22, titulado "The Survivors" (Las sobrevivientes). En éste, Raisman relata cómo el médico de la selección nacional de gimnasia Larry Nassar abusó sexualmente de ella; cómo la preparó para que lo considerara un confidente, y cómo habría recibido el poder de quienes estaban al frente del equipo para seguir cometiendo esos actos ilícitos durante años.
Raisman dedicó semanas a escribir ese capítulo. Lo revisó una y otra vez, en busca de plantear todo de forma fidedigna, o al menos de la manera más cercana a su vivencia.
Puse una tonelada de reflexión para saber cómo quería revelar esto, dijo Raisman a The Associated Press. Lo que entendí al final del día es que yo quería un cambio y deseaba que la gente comprendiera exactamente qué es el abuso. Es muy complicado y confuso. No sabía que habían abusado de mí porque me manipularon horriblemente.
En el proceso, Raisman puso al descubierto que los abusos cometidos por Nassar contra otras deportistas representan apenas una parte pequeña de un problema mucho mayor que va más allá de los actos de un solo hombre, acusado ahora también por otras dos gimnastas con experiencia olímpica, McKayla Maroney y Gabby Douglas.
Y es por ello que Raisman se aventuró en sus dolorosos recuerdos y los puso en el papel, a fin de compartirlos con el mundo, mientras se repetía a sí misma esto no está bien, nunca está bien.
La gimnasta de 23 años piensa que su nuevo papel como defensora de víctimas de estos abusos ha hecho que parezca trivial la idea de volver a las competencias a tiempo para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
ste es el objetivo, dijo.
Y esa meta la ha convertido en un símbolo inesperado de fortaleza para otras que vivieron experiencias similares.
Desafortunadamente, el abuso sexual es demasiado común, indicó Raisman. Me he percatado de cuánta gente es afectada por esto, y resulta asqueroso. Eso por eso que quiero un cambio.
Raisman se ha convertido paulatinamente en una abierta detractora del equipo estadounidense de gimnasia, a cuya directiva culpa por la falta de supervisión de la conducta de Nassar. El exmédico de 54 años pasó cerca de dos décadas con la selección de elite, y con frecuencia trabajaba con las gimnastas de manera individual.
Aunque Raisman se negó a ofrecer detalles sobre el abuso que sufrió, su experiencia se ajusta a lo que muchas otras han declarado sobre Nassar: que él las tocaba de manera inapropiada, con el pretexto de que realizaba un tratamiento adecuado.
Nassar se declaró culpable de cargos de agresión sexual en Michigan el miércoles y enfrenta una condena de al menos 25 años de prisión. El médico, ahora sin licencia, enfrenta además cargos similares en un condado vecino y ha sido nombrado en más de 125 demandas presentadas por exdeportistas, mujeres y niñas.