Las barrabravas no paran acciones violentas en Colombia
BOGOTÁ (AP) Las barrabravas no paran sus acciones violentas en Colombia y las autoridades procuran identificar a los sujetos que lanzaron en Barranquilla una pesada piedra contra el autobús del Deportivo Pasto con saldo de tres heridos y a los asesinos de un joven seguidor de Santa Fe de Bogotá antes del partido de este club contra el local Alianza Petrolera de Barrancabermeja en el cierre de la programación regular del torneo Clausura del balompié local.
Pasto iba de camino al estadio Roberto Meléndez para enfrentar al local Atlético Junior. El incidente se presentó el sábado por la noche a unos 15 kilómetros del escenario cuando el vehículo custodiado por policías en motocicletas se detuvo en un semáforo.
El mediocampista Carlos Giraldo, el asesor Pedro Alzate y el kinesiólogo Cristian Tovar fueron heridos con esquirlas de vidrio. Tovar fue alcanzado en el ojo izquierdo y los médicos los incapacitaron dos días, anunció el domingo la Clínica PortoAzul.
La liga profesional Dimayor aplazó el encuentro para el domingo y Junior con gol de tiro libre del arquero uruguayo Sebastián Viera a los 47 minutos ganó 1-0. La confrontación se celebró a puerta cerrada con Junior clasificado de antemano a cuartos de final y Pasto eliminado.
La antesala del juego Alianza Petrolera-Santa Fe también fue ensombrecida por la violencia. El aficionado Erik Jair Sacha de 19 años fue asesinado con arma blanca en una barriada de Barrancabermeja supuestamente a manos de barrabravas de Atlético Nacional el sábado, anunció la policía.
El ministerio del Interior por intermedio de la Comisión Nacional de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol rechazó el domingo lo sucedido en Barranquilla y Barrancabermeja. Anunció que se iniciaron investigaciones para localizar a los responsables y llevarlos ante los jueces.
Las medidas de seguridad en los estadios, zonas de concentración de fanáticos, desplazamiento de los equipos y carreteras acompañadas de penas más severas han sido inútiles para contener a las temidas barrabravas que a menudo se atacan entre ellas mismas.