Trump podría ver destituci?n de Mugabe en Zimbabue
WASHINGTON (AP) Sin mover un dedo, el gobierno del presidente Donald Trump quizá atestigua la culminación de dos décadas de esfuerzos de Estados Unidos para liberar a Zimbabue de su autoritario presidente Robert Mugabe. Sin embargo, debido a la incertidumbre en torno a Mugabe y el futuro político de Zimbabue, ni Trump ni gobiernos estadounidenses previos pueden adjudicarse crédito alguno o celebrar.
Los últimos tres gobernantes estadounidenses intentaron en forma activa y abierta aislar a Mugabe y su camarilla gobernante por sus abusos contra los derechos humanos, con la expectativa de alentar una transición democrática. Sin embargo, desde enero, Washington se había mantenido prácticamente en silencio. Ahora, Mugabe, de 93 años, se encuentra en arresto domiciliario y su régimen está cerca del final, víctima no de Estados Unidos ni de la presión occidental, sino de una lucha interna.
Después de permanecer en silencio durante el primer día del posible golpe en Zimbabue, a excepción de una advertencia a los ciudadanos estadounidenses en ese país, el Departamento de Estado de Trump manifestó preocupación por las acciones militares.
El departamento pidió a las autoridades de Zimbabue ejercer prudencia, respetar el estado de derecho y preservar los derechos constitucionales de todos los ciudadanos. La dependencia alentó a las autoridades a resolver con rapidez las diferencias para permitir el rápido regreso a la normalidad. Estados Unidos no ha tomado bando en la política interna de Zimbabue y hace hincapié en que no condona la intervención militar en el proceso político, agregó.
Mugabe se reunió el sábado con una delegación sudafricana en una finca estatal mientras las negociaciones continuaban para resolver la agitación política. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, en declaraciones en el parlamento, dijo que la situación política se aclarará en muy poco tiempo.
Si la situación deriva en la salida de Mugabe del poder, era lo que Estados Unidos esperaba desde hace tiempo.
Washington comenzó a actuar contra Zimbabue a finales del gobierno del presidente Bill Clinton en 2000, al condenar las acciones de Mugabe para consolidar su poder suprimiendo a la disidencia, a menudo de forma violenta, y efectuar controvertidas confiscaciones de tierras a personas blancas.