Una tarde mientras trabajaba en un canal de televisión ecuatoriano, recibí una llamada a mi celular. En ese entonces, yo de 23 años, era reportera de noticias y una madre de familia decidió pedirme ayuda. Se trataba de un caso de violación, me dijo: niña estoy destrozada y no sé qué hacer, el padre de mi hija la violó y ella ahora está embarazada. Realmente me quedé aterrada con tal noticia pero debía darle apoyo moral a la señora, le dije que iba a coordinar con mi jefe para viajar hasta su lugar de residencia y que me cuente su caso.
Margarita (nombre protegido de la madre) vivía con su esposo y sus dos hijos a las afueras del cantón Milagro, Provincia de Guayas; desde Guayaquil nos tomó al menos dos horas llegar hasta su humilde casa, mi camarógráfo, asistente y yo veníamos hablando sobre las posibles circunstancias en como haya sucedido tal atrocidad, me imaginaba como podía estar pasando la joven de 12 años y que le esperaba de aquí en adelante. Sentía mucha pena por este caso.
Llegamos a casa y fue justamente María (nombre protegido de la menor) quien nos recibió, allí también se encontraban Margarita con su hijo de 5 años. Amablemente Margarita nos atendió mientras yo observaba rostros, actitudes y comportamientos de todos así como, el lugar en que estaba.
Era una casa de construcción mixta y a su alrededor no había muchas viviendas, tal vez unas diez. Al interior, muebles tapados con sábanas, sillas de plástico y dos habitaciones con camas de dos plazas. María se sentó justo al borde de la cocina y Margarita me dijo que haríamos la entrevista en la primera habitación, que allí quiere hablar para que su hija no la escuche.
Yo notaba que ella estaba cambiando, su rostro ya no era el mismo, no sonreía y le preguntaba si algo le pasaba y me decía que no...
Mi camarógrafo como siempre muy atento, acomodó todo mientras que el asistente se quedó esperando afuera en la camioneta. Yo solo esperaba que Margarita entre para dialogar y que pudiera desahogarse. Por la Ley de Comunicación de Ecuador, es posible que ella en todo su derecho no quisiera que su rostro sea expuesto y así le prometí que sería.
Hablamos por al menos 20 minutos de grabación, mientras lloraba me decía:
"Yo salía a trabajar todos los días muy temprano, regresaba casi a la noche, mi esposo se quedaba en casa y el recibía a la niña de la escuela, mientras que mi hijo el menor, se quedaba en casa de mi hermana. Teníamos problemas pero jamás pensé que podía hacer algo así. Mi hija me contó que sucedió varias veces y que él la tenía amenazada con matarla si le contaba algo a alguien. Yo notaba que ella estaba cambiando, su rostro ya no era el mismo, no sonreía y le preguntaba si algo le pasaba y me decía que no".
¿Cuántas semanas tiene de embarazo? más de 20, me di cuenta y me contó todo cuando se le empezó a notar la barriga. Ella no entiende que está pasando, solo pasa desorientada y no me habla casi nada, yo la llevo al médico para hacerle los chequeos pero noto que ella no podrá salir adelante con esto porque no sabe como ser madre a tan corta edad. La mujer tenía mucha razón, era una niña de 12 años quién además, su propio padre le quitó toda esperanza de crecer feliz. ¿ Y cómo iba a poder cuidar a otro niño?.
Yo estaba tan sensible por Margarita que no podía evitar llorar, tal vez hubiese querido decirle que todo era una pesadilla y que pronto pasaría pero no. Porque resultaba que el culpable del hecho, estaba prófugo después de que la señora le había reclamado.
Terminó la entrevista, hicimos varias tomas y María mostraba el comportamiento tal como lo describió su madre, callada, perdida y con mirada triste.
Era tiempo de irme a la Fiscalía de Milagro para saber como estaba el caso pero no podía despedirme sin antes decirle: Señora, hay cosas en la vida que no sabemos por qué suceden, quisiéramos que jamás se hayan dado, sé que usted saldrá adelante y que ayudará en todo a María, sé también que una vez que ella tenga a su niño, usted ayudará a cuidarlo y María podrá asistir a terapias psicológicas que la justicia le garantiza. Pero es usted quien debe darle su apoyo y ser fuerte para demostrarle a su hija que no está sola. Llore, converse, perdone. Solo así podrá encontrar paz en su corazón y ayuda para María. Ella la va a necesitar mucho.
Nos abrazamos y me fui.
HASTA 20 DENUNCIAS POR DÍA
Cada drama social que conocía me volvía más sensible, pensaba en cuántos menores pudieran haber sido vulnerados, coartándose su felicidad. En Ecuador, la Fiscalía recibe de 15 a 20 denuncias diarias por abuso sexual y violación, en su mayoría las víctimas son niños y adolescentes. El 82% de los autores del delito son personas cercanas a las víctimas, datos de la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres.
El responsable del caso de María, continúa prófugo de la justicia. María tuvo a su hijo y siguen viviendo en el mismo sitio pero con otras vidas.
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