El estigma de ser: La otra
A través del tiempo se ha estigmatizado el papel de la persona que llega a convertir una relación en un triángulo amoroso.
Por lo general, en las telenovelas, se le representa como una persona más joven, atractiva, que posee un interés en su totalidad financiero por el susodicho. ¿Pero, qué tan certera es esta visión?
No es que quiera buscar la redención para todas estas terceras personas, pero debo confesar que me pasó una vez, y así, sin haberlo buscado nunca, ni proponérmelo, me convertí en la otra.
También he sido testigo de muchos otros casos, donde amigas cercanas, que siempre estuvieron dispuestas a "tirar la primera piedra" terminaron en la misma situación.
Entonces ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué nos convertimos en lo que nunca quisimos?
Hay diversas causas, muchas veces venimos de relaciones donde, de una u otra forma, nos herían, no nos valoraban y nos refugiamos en eso que creemos bonito, sentimos que lo que nos ofrece esta persona es real, entonces nos subyugamos a la sombra de quien ya tiene un compromiso adquirido y aguantamos y aguantamos y aguantamos.
Otras veces, no somos conscientes de que hay una persona más y cuando nos enteramos estamos ya tan enredadas en el asunto, tan enamoradas, que nos es difícil decir "no más".
Supongo que también están a las que no les interesa, las que van por lo que quieren sin importar el costo, pero bueno, eso ya hace parte de otra historia; yo abogaré por los primeros casos.
Así pues, les contaré brevemente mi historia; yo, como toda una "enamorada del amor" atravesé cielo, mar y tierra para estar con el chico que amaba, cuando dejé mi casa, mis amigos y todo lo que quería, me di cuenta que había cometido un grave error, que esta persona a la que le había entregado todo mi corazón, no era más que un fraude, aparecía y desaparecía a su completa conveniencia, me mintió, me usó, me culpó de sus traiciones e incluso re-apareció con un hijo de más.
En fin, así las cosas, lloras hasta cansarte, luego, cuando crees superarlo, te ves llorando un poco más y así sucesivamente. De pronto, apareció en mi vida un chico dulce, atento, que se perdía mirándome a los ojos, al comienzo yo estaba muy reacia; llevaba años perdidamente enamorada de este otro sujeto, cómo me iba a poder fijar en alguien más, eso no era posible, pero así, de a poco, se fue ganando un espacio y sin darme cuenta, se fue robando mi corazón.
La nueva ficha en este tablero traía una historia consigo, tenía 2 hijos y vivía con su mujer. Nada más esta frase debió ser suficiente para no caer en este juego, pero el corazón es torpe y no le da espacio a la razón de actuar.
Ya envuelta en este juego macabro, el final no podía ser otro, si antes estaba herida, esta vez terminé masacrada. Jamás habrá final feliz si caes en una de estas trampas, duele y duele mucho. Pero la vida sigue y no hay que estancarse con alguien que solo juega a tener más. Tú estarás ahí hasta que se aburra, luego te recitará frases ridículas, como de libro de superación personal para hacerte creer que en algún momento le importaste y seguirá su vida sin ti.
Todo esto pueden ser solo palabras vanas, pero si alguna de las personas que leen esto están en una situación similar, emprendan vuelo, escapen, no merecemos el estigma de ser "la otra", merecemos alguien completo, alguien con quien despertar cada mañana, no alguien que se escape un ratico, merecemos todas las sonrisas que alguien pueda provocar, alguien que no se cansé de verte, alguien que se sienta afortunado de poder tomar tu mano.
No somos las malas del asunto, solo caímos en una situación de difícil retorno, pero siempre se puede decir "hasta aquí" sigan su camino y dejen atrás las sobras que les ofrecen, es muy difícil, lo sé... pero el futuro siempre nos depara algo mejor y no podremos verlo si nos atamos a lo poco que el presente trae consigo. ¡Ánimo!