AP VERIFICA: Trump no acierta al hablar de Puerto Rico
WASHINGTON (AP) El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo afirmaciones falsas al referirse a la crisis de Puerto Rico en los últimos días, exagerando tanto la ferocidad de un huracán ya devastador como el ritmo de las labores de recuperación. También pareció dar falsas esperanzas de que la asfixiante deuda del territorio podría eliminarse.
A continuación, un vistazo a sus comentarios durante y después de su visita a la isla golpeada por el huracán:
TRUMP: Este ha sido el más duro. Este ha sido de categoría 5, algo que... poca gente ha oído hablar siquiera de uno de categoría 5 que toque tierra. Pero tocó tierra y, vaya, ya lo creo que lo hizo, dijo el mandatario el martes en Puerto Rico.
LOS HECHOS: Por terrible que fuera, en realidad María tocó tierra en la isla como huracán de categoría 4, no 5. Sus vientos eran de 249 kilómetros (155 millas) por hora, no de 253 kmh (157 mph), el umbral para la categoría 5. Es una distinción sin duda poco relevante para los puertorriqueños: la tormenta era aún más fuerte que Harvey e Irma al tocar tierra, señaló el portavoz del Centro Nacional de Huracanes Dennis Feltgen. Sin embargo, a nivel operativo era un huracán de categoría 4.
Trump ha reiterado ese dato erróneo. Una semana antes, dijo De hecho tocó tierra como categoría 5. La gente nunca ha visto nada como eso, y golpeó de lleno. Y El segundo golpeó Puerto Rico con categoría 5. No creo que nadie haya visto eso antes, que toque tierra con esa clase de velocidad.
El presidente también dijo en un momento dado que los vientos de María alcanzaron los 322 kmh (200 mph). Ningún registro oficial dio una cifra tan alta.
Su suposición de que ningún otro huracán ha tocado tierra con esa velocidad es errónea, incluso si se limita la cuestión a Estados Unidos. Los vientos de María al llegar a tierra fueron superados por tres huracanes de categoría 5 que golpearon al territorio continental de Estados Unidos: uno en los Cayos de Florida en 1935, Camille en 1969 y Andrew en 1992. Y el huracán más fuerte registrado en Puerto Rico tampoco fue María, sino San Felipe, que golpeó la isla en 1928 con categoría 5.
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TRUMP sobre la deuda de Puerto Rico: Vamos a tener que acabar con eso... No sé si es Goldman Sachs, pero sea quien sea, puede despedirse de eso, dijo a Fox News el martes.
LOS HECHOS: Washington no tiene la autoridad de obligar a los inversores a asumir enormes pérdidas, si es que se refería a eso. Y el director de presupuestos de Trump, Mick Mulvaney, dijo más tarde: No vamos a ofrecer un rescate para Puerto Rico o para los tenedores de bonos.
Buena parte de los 74.000 millones de dólares en deuda está asociada a una reestructuración bajo supervisión judicial después de que Puerto Rico solicitara protección por bancarrota el año pasado. Brian Setser, exfuncionario del Tesoro que trabajó en la crisis de deuda del territorio, dijo que es probable que el proceso judicial suponga una reducción considerable de la deuda, pero no es algo que pueda hacer el presidente.
Los comentarios de Trump hundieron los precios de los bonos de Puerto Rico. La caída de los precios indica que hay menos probabilidades de que los inversionistas reciban el dinero que se les debe, algo que suele encarecer el endeudamiento para gobiernos y empresas.
Aunque la clase de ayuda federal que recibe Puerto Rico para recuperarse del huracán podría afectar a la devolución de la deuda, no es un rescate y los acreedores no recibirán dinero pronto.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo el jueves que Puerto Rico tendrá que pasar por ese proceso establecido durante el gobierno de Barack Obama para tener una recuperación y un crecimiento duradero. No hubo ninguna alusión en sus comentarios a que Trump estudie una iniciativa para hacer desaparecer la deuda.
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TRUMP: ¿Quién necesita una linterna? Linternas, ya no las necesitan. Ya no las necesitan, dijo el martes mientras entregaba linternas y lanzaba toallas de papel a una multitud en Puerto Rico.
LOS HECHOS: Es posible que la gente en concreto a la que estaba hablando no necesitara linternas, pero muchos puertorriqueños sí. Trump visitó el acomodado barrio de Guaynabo, uno de los más rápidos en recuperarse. Pero más del 90% de los clientes de suministro eléctrico seguía sin servicio en ese momento, casi dos semanas después del huracán. Y los que lo han recuperado sufren apagones periódicos.
Trump describió la recuperación como algo no muy diferente de un milagro. Pero en su gira solo vio una pequeña parte de la isla y estuvo expuesto a pocas voces críticas con las labores de ayuda. Las visitas a viviendas destrozadas por la tormenta se habían organizado con antelación. El desabastecimiento de agua y la desesperación continúan en gran parte de la isla, mientras las entregas de ayuda empiezan a acelerarse y más gasolineras vuelven a entrar en servicio.
Incluso en el corazón de San Juan, a unas pocas millas de la ruta que siguió Trump, la gente sacaba ropa impregnada con aguas residuales y colchones empapados de casas aún sin electricidad, mientras él ofrecía su optimista reporte. Esas personas dijeron que nadie había acudido a ayudar desde que pasó la tormenta.
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Los periodistas de Associated Press Dánica Coto y Jill Colvin en San Juan, Alexandra Olson en Nueva York y Ken Thomas en Washington contribuyeron a este despacho.