N?mero de emergencia ayuda a víctimas de trata en EEUU
Una llamada confidencial realizada en enero a la Línea Nacional Contra la Trata de Personas reveló un relato dramático: un hombre obligó a una mujer a prostituirse durante nueve años, y en este tiempo, la víctima tuvo costillas fracturadas y un pulmón perforado.
El mensaje fue trasmitido a un grupo operativo en contra de la trata de personas que trabaja en el área de Hampton Roads en Virginia. En cuestión de días, los investigadores localizaron, entrevistaron a la mujer y arrestaron a un sospechoso llamado Naeem Lateef Odums. En marzo fue acusado de tráfico de personas y en noviembre será sentenciado a por lo menos 15 años en prisión.
El número de emergencia es extremadamente exitoso, dijo Michael Lamonea, agente especial del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y que ayuda al grupo especial contra la trata. Es crucial hacerle saber a la gente que existe ayuda para ellos, que hay una luz al final del túnel, agregó.
Muchos estadounidenses poco saben sobre el número de emergencia, además de los espectaculares y otros anuncios en los servicios público en los que se promociona. Aun así la gente que lucha contra la trata de personas dice que funciona bien en sus dos papeles importantes. El primero es ser un conducto para que la gente informe algún caso sospechoso, y el segundo es que es un recurso inmediato para que las víctimas busquen ayuda.
Hasta diciembre del año pasado, la línea estuvo operando de la misma forma durante una década. En 2008, recibió 3.514 llamadas, de las cuales unos pocos centenares fueron de víctimas. En 2016 hubo 26.727 llamadas, de las que 4.600 fueron de víctimas, y fueron atendidas en el centro telefónico por 55 empleados capacitados.
El número gratuito está disponible las 24 horas al día, todos los días del año. Las personas pueden hablar con los empleados ya sea en inglés o español, o en más de 200 idiomas utilizando un servicio de interpretación.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos abrió una versión inicial del servicio en 2004 pero tomó su forma actual en 2007, cuando el departamento eligió a la organización Polares para operarla.
Cerca del 80% de llamadas están relacionadas a la trata sexual; el resto a la explotación laboral.