AP FOTOS: La policía de Cataluña custodia la región
BARCELONA (AP) Cataluña, una región en el noreste de España, cuenta con su propia fuerza policial, los Mossos d'Esquadra. Desde sus orígenes en el siglo XVII, se han convertido en una moderna agencia de seguridad europea con unos 17.000 miembros.
El cuerpo saltó al foco de la actualidad el mes pasado, cuando algunos elogiaron su rapidez para detener o abatir a los miembros de una célula local de yihadistas que perpetraron letales ataques en Barcelona y Cambrils. Los atentados, reivindicados por el grupo extremista Estado Islámico, se cobraron la vida de 16 personas en el céntrico paseo de Las Ramblas, en el centro de la capital catalana, y en una localidad turística más al sur.
Pero esta percepción ha cambiado en un mes. Cataluña tiene previsto celebrar este domingo un referéndum sobre si debería declarar su independencia de España, y los Mossos se sienten divididos.
Se comprometieron a obedecer la Constitución española, que dice que el país no puede separarse, pero también prometieron lealtad a los líderes de las administraciones locales que quieren establecer una república independiente.
Los Mossos, con sus uniformes azul oscuro, patrullan las calles de Cataluña, una de las 17 comunidades autónomas del país, que gozan de amplios derechos y autogobierno. También cuentan con unidades de fuerzas especiales.
Durante los actos públicos importantes, como partidos de fútbol o multitudinarias manifestaciones en la calle, vigilan desde el aire con un helicóptero equipado con potentes cámaras que pueden identificar a una persona desde 1.500 metros (5.000 pies) de altura. En una de esas ocasiones, francotiradores de una unidad de las fuerzas especiales, conocidas por su acrónimo GEI y reconocibles por sus boinas rojas, tomaron posiciones en los tejados.
Los Mossos tienen también una unidad de desactivación de explosivos. Sus efectivos recorren los pasos subterráneos de las ciudades para revisar los sumideros y sellar los posibles escondites. Este cuerpo recibe formación en desactivación de cinturones explosivos habituales en ataques suicidas. Se movilizaron durante los ataques del mes pasado en Alcanar, la localidad donde explotó el taller de la célula extremista.
Su patrona es Santa Bárbara, y guardan una imagen en una estantería con artillería en desuso, en un museo improvisado de la unidad.