Miles de turistas salen de Carolina del Norte por María
WAVES, Carolina del Norte, EE.UU. (AP) Miles de veraneantes cancelaron el martes sus planes de vacaciones y abandonaron los Outer Banks, la cadena de islas frente a la costa de Carolina del Norte, a medida que la tormenta tropical María generaba fuerte oleaje al avanzar hacia el norte por el Atlántico.
Entre tanto, en Puerto Rico más de 3,4 millones de ciudadanos estadounidenses siguen sin alimentos adecuados, agua ni combustibles, cinco días después de que María azotó la isla como huracán categoría 4, y las autoridades dijeron que quizás no puedan reparar completamente el tendido eléctrico durante más de un mes.
En Carolina del Norte, más de 10.000 veraneantes acataron la orden de evacuar Ocracroke y Hatteras, islas que fungen como barrera natural en el Atlántico, pero las órdenes no son aplicables a los residentes locales, que ahora se están resignando a las pérdidas económicas y al incremento en los daños por inundaciones después de que el año pasado sufrieran los estragos del clima tropical.
Sarah Midgett perdió su automóvil durante el huracán Hermine y su casa resultó gravemente afectada por las inundaciones que provocó la tormenta Matthew. Después de que José pasó por la zona a principios del mes, María le siguió a través de la debilitada barrera natural, y arrasó con partes de Hatteras.
Es increíble cuánto de la playa se ha erosionado, dijo Midgett, quien sacó la mayoría de sus pertenencias de su casa, por si acaso.
De acuerdo con los científicos, se pronostica que María erosione más de la mitad de las dunas a lo largo de los 485 kilómetros (300 millas) de costas de Carolina del Norte. Playas en Maryland y Virginia podrían sufrir incluso más daños, con erosión en dos terceras partes, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos.
En la localidad de Waves, instructores de kite surf perdieron una semana de reservaciones después de que se obligó a los turistas a evacuar. Adrienne Kina, quien generalmente trabaja como vendedora en REAL Watersports, dijo que la tormenta va a fastidiar a los locales después de que un apagón generalizado de varios días provocó que unos 50.000 turistas abandonaran la zona durante el verano.
Los vientos máximos sostenidos de María se redujeron el martes a cerca de 115 kilómetros por hora (70 mph), con lo que llegó a su fin el huracán de nueve días.
Su vórtice seguía lejos de la costa, a unos 260 kilómetros (160 millas) al este-sureste del cabo Hatteras, Carolina del Norte, y se desplazaba hacia el norte a 11 kilómetros por hora (7 millas). La advertencia por tormenta tropical para la costa de Carolina del Norte, desde Bogue hasta el límite con Virginia, seguía en efecto, y los meteorólogos dijeron que el nivel del mar podría subir desde la ensenada de Ocracoke hasta el cabo Hatteras.
Entre tanto, el huracán Lee cobraba fuerza gradualmente en el mar abierto del Atlántico, donde se prevé que vire al norte y este de nuevo antes de que los vientos con fuerza de tormenta tropical lleguen a Bermuda.
El presidente Donald Trump accedió el martes a no aplicar el requerimiento habitual de que los gobiernos estatales paguen una cuarta parte del costo de ayuda por desastres, debido a que María azotó a un territorio estadounidense que ya estaba sumido en una crisis financiera. El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, dijo que confía en que el presidente entiende la magnitud de la situación.
Agencias federales anunciaron cómo iban a ayudar al territorio estadounidense. La Administración Federal de Carreteras está evaluando los daños de tal manera que funcionarios de transportación de Puerto Rico puedan obtener fondos de ayuda de emergencia para reconstruir caminos que fueron arrasados o siguen bloqueados con escombros en muchas partes de la isla.
El TS Kennedy, que fue un carguero comercial y fue usado por la Administración Marítima para entrenamientos, zarpó desde Texas para apoyar esfuerzos de recuperación en Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses.