Todos los días caminamos por la calle y observamos a gente igual, en tamaños, contexturas, uso de vestimenta, peinados etc. Sería una lista interminable, pero si de algo estoy segura, es que los sentimientos aunque distintos, en todas esas personas en común siempre se podrán hablar de las percepciones del amor.
No es la primera vez que escribo de estos temas, he conversado, entrevistado, me he internado en actividades diversas para tratar de entender las diversas formas por las cuales las personas sienten que el amor es ese sentir un corazón palpitante, un desánimo, una aventura o hasta se convierte en una guapura interior.
No puedo decir que existe un único concepto, pero lo que he podido observar y experimentar es que el amor transforma la vida de las personas, para bien o para mal, existe un cambio de piel al menos una vez en la vida.
Ese sentimiento tan repentino, con la persona menos esperada, con una guapura especial en el alma, con esas ganas de siempre expresar lo que grita el corazón.
No es algo fácil, tampoco un imposible, pero es ese momento en la vida de las personas que transforma, que cambia el sentido de la respiración. Para algunos podrá significar un cambio de vida, un acompañamiento profundo, un complemento o quizás el alma gemela.
Para otros es un sin sabor, una decepción, o quizás un mal paso, son percepciones de acuerdo a las vivencias, a veces muy difíciles de romper, se generan traumas, desconfianza, ese no creer en el amor aunque la vida nos ponga a prueba y terminemos negándonos indirectamente la felicidad.
Muchas veces se habrán preguntado ¿Por qué a mí? Más de uno ha gritado ¡Nunca más!, no creo en el amor. Palabras trilladas pero no menos verdaderas.
Con el paso del tiempo nos damos cuenta que las experiencias suman a nuestra vida, que las sensaciones siempre estarán dentro de nosotros, que las medias manzanas o medias naranjas a veces existen, a veces no, que el ser amado es tu lado opuesto o tú reflejo, que quizás prefieres a ese ser que puedes contarle todo pero que no te escucha como quisieras pero te brinda compañía, o decides buscar a esa persona que le cuentas todo, te escucha y te llena la vida.
No importa el qué dirán, la forma de vestir, de hablar, que le gusta, si tiene título, si es empírico, si sabe de arte, o si es cantante, si cree en los astros o si es muy científico, no importa si crees que es el mejor partido o si juzgan su apariencia, únicamente importa la conexión que tiene contigo, ese caminar por la vida sin pensar en el mañana con tanta insistencia, dejar que la vida se desarrolle y sea guiada por esas dos almas que están llenas de sensaciones maravillosas y te hacen sentir especial, único y diferente.