Dak Prescott: el rostro de la esperanza de Dallas
El joven quarterback de los Cowboys, Dak Prescott, inicia la nueva temporada con un panorama completamente distinto al de 2016 y con muchas más expectativas
Hace apenas 12 meses, la respuesta a la pregunta, ¿quién es Dak Prescott?, era bastante sencilla: Un novato procedente de Mississippi State reclutado en la cuarta ronda.
Un año después, la contestación es totalmente distinta, una que los aficionados de Dallas están esperando desde hace mucho tiempo.
Dak Prescott es el rostro de la esperanza de los Cowboys.
Prescott heredó la titularidad una vez que Tony Romo sufrió una fractura en la espalda y el joven quarterback de 24 años, una selección muy baja de draft y sin grandes expectativas, se aferró al puesto hasta convertir a los Cowboys en uno de los equipos más peligrosos de la NFL. ¿Les suena conocida esta historia?
Pero es demasiado pronto, y demasiado injusto, comenzar las comparaciones con Tom Brady basándose en unas cuantas coincidencias. Por un lado, el viaje de Brady a la fama no culminó hasta levantar el trofeo Vince Lombardi, mientras que Prescott y los Cowboys cayeron en su primer duelo de playoffs pese a terminar con la mejor marca de la NFC (13-3).
Después de más de una década de promesas sin cumplirse con Romo en los controles, los fieles de los Cowboys esperan que la historia no se repita. Y ahora Prescott carga con más presión de la que Romo jamás tuvo.
Por un lado, Prescott carga la presión de, por lo menos, repetir el éxito de campaña regular de 2016 y superar la devastadora eliminación ante los Packers de Green Bay en la ronda divisional. Además, tendrá que hacerlo sin la presencia de la otra mitad del futuro de Dallas, el running back Ezekiel Elliott, quien está a la espera de que se resuelva su apelación de su suspensión de seis partidos por un caso de violencia doméstica.
Aún sin Elliott durante buena parte de la primera mitad de temporada, Dallas parte como uno de los favoritos para representar a la Conferencia Nacional en el Super Bowl en Minneapolis. Pero todo empieza y termina con su joven pasador.
Desplegando una madurez en el campo muy por encima de su experiencia, Prescott ahora debe mantener o superar ese nivel en su segundo año.
Además, cuenta con el respaldo de una de las mejores líneas ofensivas de toda la NFL, una unidad capaz de maquillar, aunque sea parcialmente, la ausencia de Elliott y permitirles brillar a Darren McFadden, Alfred Morris y el profundo cuerpo de corredores de Dallas.
Pero aún con toda la fe que el propietario Jerry Jones y el coach Jason Garrett tienen en Prescott, nunca es buena idea dejarle toda la responsabilidad a un jugador. Necesita ayuda y esa ayuda tiene que llegar de la defensiva.
La defensiva que durante la campaña regular fue la quinta mejor en puntos admitidos, se desmoronó en la postemporada al admitir 34 puntos y una dramática remontada de Aaron Rodgers y los Packers. Si Dallas ha de cambiar su historia, tiene que evitar que eso se repita.
La presencia del linebacker Jaylon Smith, quien se ausentó de su año de novato debido a una lesión, y la llegada del defensive end Taco Charlton, primera selección del equipo en el draft de este año, son señales de que la ayuda está en camino.
Pero Prescott tendrá que hacer la mayor parte del trabajo. Eso es algo que viene con el puesto de quarterback de los Cowboys. Es el ADN de la franquicia. Roger Staubach. Troy Aikman. Romo.
Ahora es turno dePrescott, a quien el equipo le exigirá que escriba su historia con triunfos y títulos, y no con números. La espera ha sido demasiado larga.