Explosión daña sede del Episcopado Mexicano

Un artefacto explosivo dañó el martes una puerta de la Conferencia del Episcopado Mexicano sin dejar lesionados, indicaron autoridades eclesiásticas.

El dispositivo fue colocado afuera del edificio en la Ciudad de México alrededor de las 2 de la madrugada, informaron los obispos en un comunicado. Las tomas de seguridad muestran el momento del estallido y los daños en la puerta principal.

De acuerdo con los primeros reportes, los ocupantes del edificio escucharon el estallido y vieron cristales rotos y los daños de la puerta principal cuando salieron a ver de dónde provenía el sonido.

Expertos forenses, de explosivos y fotografía fueron enviados a la escena para recolectar evidencia. Cuando la investigación preliminar sea concluida, el caso pasará a las manos de la Procuraduría General de la República. Hasta el momento no hay noticias sobre posibles sospechosos ni móviles del ataque.

La oficina está ubicada en el norte de la capital, cerca de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, uno de los santuarios católicos más importantes del mundo.

Al parecer no es el primer caso que ocurre en esta zona de la Ciudad de México, se afirma en el comunicado, atribuido al vocero Armando Cavazos y en el que se solicita paciencia en lo que se esclarece el asunto.

El obispo Ramón Castro, de la diócesis de Cuernavaca, tuiteó que el incidente refleja la situación de México, donde la tasa de homicidios aumenta en medio de una guerra contra las drogas que lleva más de una década.

En una conferencia de prensa realizada el martes por la tarde, un representante del episcopado exhortó a la serenidad, la prudencia y al respeto frente a la violencia. Este hecho nos invita a reflexionar enfáticamente sobre la necesidad de reconstruir el tejido social, expresó.

Enfatizó que la Conferencia del Episcopado comparte las mismas preocupaciones sobre la violencia que los mexicanos, pero que está comprometida con su trabajo en la promoción de la paz.

Ha habido tres asesinatos de sacerdotes católicos en lo que va del año, y 18 desde 2013. Algunos sufrieron robos, extorsiones o secuestros, y no ha quedado claro si los clérigos eran perseguidos por su religión.