Críticas a jugador salvadoreño, por mordida en Copa de Oro

Los empujones son tolerables, los pellizcos no tanto. Pero, ¿las mordidas?

Futbolistas retirados, como Landon Donovan, Alexi Lalas y Steve McManaman, aseguraron que hacen falta castigos ejemplares para los jugadores que decidan clavar sus dientes en el cuerpo de sus rivales, como lo habrían hecho al menos dos salvadoreños contra los estadounidenses Jozy Altidore y Omar González durante un encuentro de la Copa de Oro.

En mi escala de valores, escupir es lo peor, y morder está en un cercano segundo lugar de las acciones más viles, repugnantes y sinceramente ridículas que pueden hacerse en una cancha, dijo Lalas el jueves, un día después de que Henry Romero dejó los dientes marcados en la parte posterior del hombro de Jozy Altidore, a los 57 minutos del partido que Estados Unidos ganó por 2-0 en los cuartos de final.

Aparentemente, González recibió también una mordida del capitán salvadoreño Darwin Cerín, a los 81.

Las mordidas se han convertido en un problema recurrente en el fútbol.

La única forma de poner un alto a esto es con largas suspensiones. Entiendo que la gente toma malas decisiones al calor del partido, pero jamás puede ser aceptable que muerdas a un rival, opinó Donovan, compatriota estadounidense de Lalas y su compañero en el grupo actual de comentaristas de Fox Sports. Yo supondría que la CONCACAF adoptará una postura particularmente severa, dada la insistencia en que los capitanes hablaran antes de cada partido sobre la importancia de actuar de una forma apropiada pues los niños están mirando.

Victor Montagliani, presidente de la CONCACAF, advirtió que algunos integrantes de la comisión disciplinaria del organismo examinarán el informe del comisario del partido, Randolph Harris de Barbados, y compartirán los datos, así como otras evidencias, con las federaciones involucradas.

Luego, el grupo decidirá si impone una medida disciplinaria.

El delantero uruguayo Luis Suárez fue suspendido tres veces por mordidas: se perdió siete partidos de la liga holandesa en 2010, por una agresión de este tipo contra Otman Bakkal, del PSV Eindhoven; 10 encuentros de la Premier inglesa en 2013, por un caso que involucró a Branislav Ivanovic del Chelsea, y cuatro meses, junto con nueve partidos internacionales, por la dentellada al italiano Giorgio Chiellini, en pleno Mundial de 2014.

Aquello sentó un precedente, y todo lo demás debe ser más severo, señaló McManaman, exjugador de Liverpool y de la selección inglesa, quien es actualmente analista de ESPN y BT Sport. Es increíble. Algo inusitado. Hemos tenido una racha de esto en los últimos cuatro o cinco años. Antes, uno no podría recordar algo similar.