Turquía recuerda el fallido golpe de Estado de hace un año
Erdogan pronuncia un discurso en una ceremonia con motivo del primer aniversario del fallido golpe de Estado
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan pronunció el sábado un discurso ante miles de personas en una ceremonia con motivo del primer aniversario del fallido golpe de Estado, comprometiéndose a arrancar las cabezas de los grupos terroristas y de los conspiradores golpistas que intentaron poner fin a su gobierno de más de una década.
Erdogan se sumó a la multitud de participantes que ondeaba banderas del país durante la marcha de la unidad nacional en Estambul, la cual se reunió en el emblemático Puente de los Mártires del 15 de Julio para recordar a los 250 civiles que murieron ese día de 2016 cuando intentaban oponerse al golpe.
Acompañado de su familia y de las familias de los fallecidos, el presidente inauguró un monumento hueco en forma de globo con los nombres de las víctimas cerca de una base del puente.
Exactamente hace un año, alrededor de esta hora, se llevó a cabo una traicionera intentona, señaló Erdogan.
El intento de golpe de Estado del 15 de julio no es el primer ataque contra nuestro país, y tampoco será el último, dijo en referencia a la cadena de atentados terroristas que han asolado a Turquía. Por esa razón, primero cortaremos las cabezas de estos traidores.
El puente fue escenario de enfrentamientos entre civiles y soldados en tanques. Al menos 30 personas perdieron la vida en ese lugar y más de 2.000 resultaron heridas durante otros enfrentamientos en diversas partes de Turquía. Treinta y cinco conspiradores golpistas también murieron.
Las fotografías de los 250 mártires fueron proyectadas en monitores y sus nombres recitados. Erdogan elogió su valentía, e hizo énfasis en que solo estaban armados con banderas turcas y su fe mientras resistían a los conspiradores golpistas en sus tanques.
El 15 de julio del año pasado, soldados turcos intentaron derrocar al gobierno y a Erdogan por medio de tanques, aviones de guerra y helicópteros. Los golpistas anunciaron la toma del poder en un anuncio por la televisora estatal, bombardearon el Parlamento nacional y otros lugares clave y tomaron un sitio turístico del Egeo donde el mandatario pasaba sus vacaciones. Pero Erdogan ya no estaba en la localidad y el alzamiento fue aplacado con la participación de civiles y fuerzas de seguridad.
Turquía acusa al clérigo Fethullah Gulen, asentado en Estados Unidos, de orquestar el golpe fallido e infiltrar las instituciones estatales. Gulen niega las acusaciones en su contra.
Después de la intentona golpista, Turquía declaró el estado de emergencia que ha estado vigente desde entonces, el cual ha permitido gobernar por decreto y despedir a miles de empleados públicos.
Más de 50.000 personas fueron arrestadas por presuntos vínculos con Gulen y otros grupos.
En el decreto gubernamental más reciente, emitido el viernes, otros 7.395 empleados estatales serán despedidos, entre ellos maestros, académicos, oficiales militares y policiales, para un total de más de 110.000.
El gobierno considera necesaria esta campaña para purgar las instituciones estatales de aquellas personas vinculadas con Gulen, aunque los críticos afirman que los despidos son arbitrarios y las posibilidades de que las víctimas reciban una compensación son muy reducidas.
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Fraser informó desde Ankara.