Cardenal alemán niega tener diferencias con el papa
El exdirector de la oficina de doctrina del Vaticano asegura que no tiene diferencias con el papa Francisco y que no está molesto por haber sido retirado del cargo antes de lo esperado
El exdirector de doctrina del Vaticano aseguró en una entrevista publicada el domingo que no tiene diferencias con el papa Francisco y aseguró que no está molesto por haber sido retirado del cargo antes de lo esperado.
El pontífice argentino nombró a un alto asesor español como nuevo director de la poderosa congregación que maneja los casos de abuso sexual y que garantiza la ortodoxia católica en todo el mundo.
En declaraciones al diario Mainzer Allgemeine Zeitung, el cardenal alemán Gerhard Mueller dijo que Francisco simplemente decidió no renovar su mandato por cinco años más y que como una nueva regla quiso limitar los mandatos en general de sus allegados. Y yo fui el primero con el que él lo puso en práctica, agregó.
El mandato de cinco años de Mueller termina este fin de semana y en diciembre cumplirá 70 años. La edad normal a la que suelen retirarse los obispos es a los 75 años. Eso significa que el papa Francisco podría haberlo mantenido en el cargo por al menos cinco años más, pero declinó hacerlo.
No me hace particularmente triste... Todo el mundo tiene que detenerse en algún momento, añadió Mueller.
Dijo que se quedaría en el Vaticano para hacer investigaciones, desempeñar su papel de cardenal y trabajar en el cuidado pastoral. El cardenal alemán ofició una misa el domingo en la catedral de Mainz, Alemania.
El papa Francisco y Mueller estaban enfrentados por la disposición del papa a permitir que los católicos casados en segundas nupcias por lo civil puedan recibir la comunión. Mueller insistía en que eso no es posible porque la Iglesia defiende la indisolubilidad del matrimonio.
El Vaticano informó que el jesuita español Luis Ferrer, hasta ahora número dos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sucederá a Mueller.
Fue la segunda gran sacudida esta semana en el Vaticano, después de que Francisco autorizó que otro jerarca católico de línea dura, el cardenal George Pell, regrese a su Australia natal para ser juzgado por cargos de agresión sexual.
Mueller y Pell son dos cardenales más poderosos en el Vaticano, después del secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin. Sus ausencias probablemente crearán cierto vacío de poder para el ala conservadora en la jerarquía de la Santa Sede.
Durante el mandato de Mueller, los casos de abuso sexual por parte de religiosos se acumularon a medida que más y más víctimas en América Latina, Europa y otras regiones del mundo se acercaban para denunciarlos. El año pasado, Francisco confirmó que había 2.000 casos pendientes y propuso nombrar a nuevos funcionarios en la sección de disciplina de la congregación para procesar la sobrecarga.