Familia y (falta de) miedo, palabras claves para Chile
Alexis Sánchez y Claudio Bravo destacan unidad de la selección de Chile como clave para la final de la Confederaciones ante Alemania
Hay dos palabras recurrentes cuando Alexis Sánchez y Claudio Bravo hablan sobre la selección chilena que enfrentará a Alemania por la final de la Copa Confederaciones.
No tienen que ver con formaciones sobre la cancha, tácticas para vulnerar la ágil defensa alemana o estrategias para marcar a los juveniles y rápidos delanteros de los campeones del mundo. Pero quizás describan de la manera más adecuada los argumentos con los que Chile buscará el domingo su tercer título internacional en dos años.
Una es familia. La otra es miedo.
Más allá de su ya famoso estilo de juego kamikaze _ presión, presión y más presión sobre el oponente, incluso en detrimento de las piernas _ Sánchez y Bravo creen que la clave para que Chile dispute otra final y se codee con las grandes selecciones del planeta es la cohesión de un plantel donde cada jugador conoce su papel al dedillo, y se parte el alma por cumplir con sus responsabilidad dentro y fuera de la cancha.
La otra clave es que no le tienen miedo a ningún oponente ni circunstancia.
Si ustedes ponen cuando jugamos la final con Argentina, ponen Argentina-Chile, jugador por jugador, era mejor Argentina, analizó Sánchez el viernes, recordando las dos finales que Chile ganó por penales al equipo de Lionel Messi en la Copa América de 2015 y 2016. Pero, como equipo, como familia, jugamos nosotros mejor. La familia que hay, la unidad en este equipo, donde cada jugador aporta su granito de arena.
Esa mentalidad de tribu no quiere decir que Chile no tenga algunos jugadores sobresalientes, catalogados sin duda alguna entre los mejores del mundo en sus respectivas posiciones. Dejando a un lado cualquier pretensión de falsa humildad, Sánchez y Bravo reclamaron por el reconocimiento que se merecen ambos como caudillos de una generación que consiguió lo que ningunos otros futbolistas chilenos habían logrado en la historia: trofeos internacionales y protagonismo en cualquier escenario ante potencias como Alemania, Argentina y España.
En ese grupo destacan tres nombres. El propio Sánchez, delantero de Arsenal y exjugador del Barcelona que es codiciado por algunos de los clubes más importantes de Europa; Bravo, portero de Manchester City y capitán de la selección que el miércoles volvió a brillar en una definición por penales, esta vez ante Portugal, y Arturo Vidal, el incansable cacique del mediocampo y pieza fundamental del multicampeón Bayern Munich alemán.
Si uno se pone a pensar hace 20, 30, 50 años atrás, Chile nunca ganaba nada, nunca celebraba nada, con suerte iba a un Mundial, apuntó Sánchez en una larga y distendida conferencia de prensa junto con Bravo, en la que tocaron todo tipo de temas de la selección e incluso compartieron anécdotas personales. Llevo muchos años en esto y cuesta, cuesta estar entre los mejores. Les digo que disfruten, porque si no lo disfrutamos nosotros los chilenos, ¿quién lo va a hacer?
El tiempo nos ha dado la razón en ese sentido. En base a trabajo, en base a creer en nosotros mismos, en base a potenciarnos nosotros como profesionales, hemos logrado revertir muchos años de sequía en cuanto a llegar a este tipo de instancias, coincidió Bravo.
El arquero afirmó que esa mentalidad de grupo, de darse la mano en los momentos más complicados, les ha ayudado a sobreponerse a otras falencias que pueda tener el grupo, y a entregarse con todo incluso cuando su forma de jugar les pasa factura y las energías se agotan.
Ante Portugal, ello quedó plasmado en un partido que culminó sin goles después de los 90 minutos reglamentarios y los 30 de prórroga. Varios jugadores chilenos apenas y podían mantenerse de pie. Pero a la hora de los penales, Bravo se convirtió en un muro y tapó los tres remates que encaró, mientras que Sánchez, Vidal y Charles Aránguiz no titubearon en sus disparos.
Tenemos jugadores, tenemos selección desde hace mucho tiempo para competir a este nivel, indicó Bravo. Muchos reían, decían que era imposible, pero acá estamos, nuevamente en una final.
Con 28 y 34 años respectivamente, Sánchez y Bravo también saben que el tiempo se les agota para seguir cosechando triunfos con la Roja, y por eso quieren dejar una buena base para que el fútbol chileno se mantenga como protagonista a nivel internacional.
Hay que proteger esto, cuidarlo, que perdure por mucho tiempo más, señaló Bravo. Nosotros como jugadores tratamos de dejar un legado, y que empiecen a aparecer jugadores nuevos con esta misma mentalidad que tenemos nosotros, en el sentido de aspirar a más cosas, y que se rompa esa barrera del miedo.