Los roba propinas del bar
Lo más importante para el camarero es la propina, que en ocasiones es mucho más que el sueldo, nos jugamos la vida para esa repartija del final del servicio, ese momento donde como mafiosos vaciamos la caja donde se fue depositando la propina y con cigarro en mano contamos que tan generosa o no, fue la gente durante la jornada.
Al camarero le tocan el 64%, a los cocineros un 29%, el 5% al bachero y el 2% al barman, no sabemos muy bien porque esta distribución, pero sospechamos que es una estrategia del dueño "socialista" para que todos cobremos igual. En fin, una hija de putada de los que controlan el mundo de la gastronomía. Se graduaron de tiranos y montaron un bar, hay días que en secreto pienso que todos los dictadores del mundo después de ser derrocados montaron un bar para seguir con su vocación de reprimir a la población. En el bar siempre ganan los dueños, de eso no hay duda, sin embargo, nosotros la pasamos bien a sus espaldas, es nuestra pequeña conspiración.
No todos los camareros son honorables en cuanto al pacto de la propina, siempre hay uno que no entiende los códigos, que se cree superior a sus compañeros, por consecuencia pasan al lado oscuro de la fuerza, convirtiéndose en uno de los seres más despreciable de la noche..." en un roba propina".
Los roba propinas son los más peligrosos del gremio, porque a pesar de sus sonrisas hipócritas, son capaces de robarle a su compañero, que estuvo allí con él, como un soldado de guerra, esquivando quejas y disparando comandas para sobrevivir al servicio nocturno. Hay que matarlos a todos decía Mona, hay que caerles a piñas decía Tomi, que se vaya a trabajar a McDonald's decía el encargado. Con esto quiero decir que en mi bar cayó la maldición por un tiempo largo del roba propina.
Un joven bailarín muy gay, capaz de encantar a toda serpiente, nuestro roba propina empezó en la cocina, pero una vez que se sintió en confianza pidió pasar al salón, ya que el trabajo de cocina para un bailarín era como pesado. Todos lo entendimos porque realmente la cocina de aquel bar era un territorio de hombres. Que podían fumar marihuana mientras preparaban un buen bife de chorizo sin ningún problema.
Una vez pasado al salón, las propinas empezaron a bajar, curiosamente los días que él no venía volvían a su estado natural. Era digno de ser sospechoso, un chileno que trabajó en el bar unos días no aguantó y lo acusó en pleno servicio, casi se arma la grande. Esto ocasionó que lo despidieran, porque para ese momento nadie sospechaba del "¿INOCENTE BAILARIN?"
La idea de que había un roba propina ya estaba instalada, así que Tomi como buen Antropólogo e investigador empezó a seguir la huella del ladrón, para todos los demás nos parecía imposible, el mundo de la gastronomía era muy duro como para encima sumarle ladrones entre nosotros.
Esos días todos veíamos como el puto bailarín hacia montones de curso sobre danza, se compraba zapatos de los más caros, su estilo de ropa mejoraba cada vez más. Mientras nosotros seguíamos con nuestra ropita vieja manchada de aceite vegetal, a eso se le sumaba que la muy diva trataba muy mal a los clientes (más de lo permitido) así que por consecuencia las propinas disminuían, porque las propinas son la gota de poder del cliente sobre el camarero, allí está el castigo si a los del servicio se les ocurre hacer un crimen.
Los seguimientos al posible ladrón siguieron, hasta que una madrugada Tomi logró darse cuenta mientras el bailarín hacia la propina que todos los cálculos estaban mal, tuvimos que contenerlo para que no golpeara a la loquita, el bailarín se hizo el ofendido y acusó a uno de los cocineros, justamente a Tontin, un cocinero que lo que tenía en tamaño le faltaba en cerebro, menos mal que Tontin no estaba porque realmente lo hubiese matado.
El bailarín quedo en aclarar las cosas a los tres días, cuando volviera tontis de sus francos. En esas 72 horas planificó su escapada, cobró el sueldo del mes y le pidió prestado dinero al bachero, que como buen ceramista y artista no tenía ni idea de lo que estaba pasando, así que se lo prestó, luego nunca supimos más del roba propina, dijo que tenía que irse al interior porque su padre estaba enfermo, claro que era mentira, nos eliminó a todos del Facebook, pero por una amiga en común pudimos darnos cuenta por fotos que ella publicó que seguía frecuentando los lugares de ambiente de la capital federal.
El pobre bachero perdió su dinero, y el equipo de camarero sigue esperándolo para cobrar justicia, el bailarín quedó como un mito en el bar, sin embargo, sabemos que en otros bares la leyenda del roba propina se repite una y otra vez. Gente que nunca entenderá el oficio de la noche, son demasiado grandes para entenderlos, para poder ser feliz en un mundo tan simple.
A veces mientras terminamos el servicio y encendemos un porrito, nos reímos pensando, que tal vez el bailarín se fue a Miami, se compró una quinta, cuya entrada tiene un letrero que dice " Gracias a mis propinitas", es eso lo que creemos. Se viste de lujo y viste una tanga roja en un yate rodeado de negros, con algunos collares estrafalarios de fantasía, no sé, tantas cosas que se puede hacer con el dinero robado, tal vez nos había mentido a todos y la identidad del bailarín era la de un político aprendiz, nunca lo sabremos. Sólo sé que el día que pase por nuestro bar, tendrá que escaparse de un helicóptero para evitar la multitud enardecida...ES ESE EL MISTERIO DEL ROBA PROPINAS.