Bombardeo de EEUU en Irak mató a más de 100 civiles en marzo
EEUU reconoce que uno de sus bombardeos en Mosul detonó serie de explosivos plantados por el grupo Estado Islámico
Estados Unidos reconoció el jueves que un bombardeo a un edificio en Irak en marzo detonó una serie de explosivos plantados por el grupo Estado Islámico, lo que dejó más de 100 civiles muertos y subrayó la dificultad para erradicar a los combatientes del grupo extremista de sus restantes bastiones urbanos.
La bomba, que cayó sobre un edificio en la ciudad de Mosul, detonó materiales explosivos que los militantes del EI habían plantado de antemano en su interior, lo que provocó que la estructura colapsara, indicó el Pentágono al describir las conclusiones de una investigación de dos meses. Los civiles se refugiaban en el interior de la estructura.
El bombardeo representa el incidente con mayor pérdida de vidas civiles durante la campaña de casi tres años. Además, ilustra las dificultades que Estados Unidos y las fuerzas de la coalición enfrentan en el combate urbano, incluyendo lo que funcionarios estadounidenses describen como actos con que los combatientes del grupo Estado Islámico atraen deliberadamente los ataques a edificios en que han plantado explosivos y saben que se encuentran civiles. Los civiles entran a las estructuras ya sea inconscientemente o son obligados a hacerlo.
La conclusión, de acuerdo con el general brigadier Matthew Isler, de la Fuerza Aérea estadounidense, es que si bien la coalición encabezada por Estados Unidos acepta la responsabilidad del ataque aéreo, "una munición de la coalición no fue responsable por la falla estructural del edificio ni de la muerte de los civiles en su interior". Agregó que el grupo Estado Islámico ha tratado de montar incidentes similares desde entonces, lo que ha causado que las fuerzas iraquíes y de la coalición ajusten las tácticas de combate y estudien con más cuidado los lugares antes de llevar a cabo sus ofensivas.
La batalla por Mosul es clave para erradicar al grupo Estado Islámico de Irak. Pero se ha tornado más riesgosa para los civiles conforme el campo de batalla se reduce en una sección densamente poblada de la ciudad. Funcionarios de grupos humanitarios predijeron que la muerte de civiles aumentaría dado que más de 400.000 civiles se encuentran atrapados en la zona oeste de la ciudad.
Un escenario similar podría presentarse en la autoproclamada capital de Al Raqa, Siria, que la milicia apoyada por Estados Unidos podría intentar recuperar pronto de manos del grupo Estado Islámico.
En una sesión telefónica con reporteros del Pentágono, Isler dijo se intentaba que la bomba de 227 kilogramos (500 libras) lanzada con precisión por una aeronave estadounidense el 17 de marzo matara a dos francotiradores del grupo Estado Islámico que representaban una amenaza para las fuerzas antiterroristas iraquíes.