El Real Madrid no falló y ganó el domingo por 2-0 al Málaga para conquistar en la última fecha de la liga española, su primer campeonato en cinco años y segundo de las últimas nueve temporadas.

Al equipo blanco le bastaba un empate para coronarse campeón, pero aseguró su 33er título domestico con un cómodo triunfo que volvió inútil la victoria simultanea del escolta Barcelona, 4-2 sobre el Eibar.

El Madrid aspira todavía a cerrar el curso con un doblete, pues el próximo 3 de junio disputa la final de la Liga de Campeones contra la Juventus.

Al Barsa, que se despidió del técnico Luis Enrique luego de tres campañas al timón, le queda la final de la Copa del Rey del próximo sábado frente al modesto Alavés como única posibilidad de levantar un título en 2017.

Cristiano Ronaldo marcó a los dos minutos su 12mo gol en los últimos nueve cotejos por el Madrid, y Karim Benzema amplió a los 55 para firmar con nota la primera liga conquistada por el estratega Zinedine Zidane.

En Barcelona, Takashi Inui adelantó al Eibar a los siete minutos y repitió a los 61, antes que David Junca (63) marcara gol en contra y revitalizará las esperanzas del Barsa, momentáneamente mermadas con un penal fallado por el astro argentino Lionel Messi poco después.

Logró igualar el uruguayo Luis Suárez (72), y Messi (75) convirtió una segunda pena máxima y clavó un golazo en los descuentos, pero tan solo le sirvió para proclamarse máximo cañonero con 37 redes, seguido de las 28 del charrúa.

El último acto no pudo empezar mejor para el Madrid, que dio un golpe de teatro a las primeras de cambio en Málaga.

Bastó poco más de un minuto para que Cristiano penalizara un clamoroso error del central Luis Hernández, que despejó la pelota hacia la zona de Isco Alarcón, fino en la asistencia al astro portugués. El goleador recibió en carrera, sorteó a Carlos Kameni con un toque, y empujó a puerta vacía para poner en ventaja al conjunto blanco.

Los de Zidane se dedicaron a mimar la pelota desde entonces, mientras el costarricense Keylor Navas evitó el empate de Sandro Ramírez con una espectacular atajada de un tiro libre directo.

Jugando a la contra, los visitantes rozaron el segundo en un cruce de Benzema que no alcanzó Isco y Cristiano remató al cuerpo de Kameni y otro tiro lejano de Toni Kroos, alcanzando el descanso en sobreaviso de la peligrosidad de Sandro, muy activo desde el flanco izquierdo.

El descanso les sentó bien a los de Zidane, que volvieron a cantar gol al arranque del periodo cuando Sergio Ramos cabeceó un tiro de esquina, repelió Kameni y Benzema, tras rebote en Raphael Varane que le dejó en posición antirreglamentaria, empaló a la red.

Con el Camp Nou pendiente de cuanto acontecía en Málaga, el tempranero gol del Madrid fue todo un jarro de agua fría para los aficionados del Barsa, que se volvió hielo con la casi inmediata diana del Eibar.

La impulsó Inui con un empalme a bote pronto de un centro desde la derecha de Ander Capa, con Marc-André ter Stegen impotente por la violencia del golpeo, con dirección al rincón superior.

Bien replegado atrás, el cuadro vasco contuvo las embestidas del Barsa y en particular de Suárez, quien malogró dos claros mano a mano con Yoel Martínez.

También pudo ampliar el Eibar al final del primer tiempo, pero Rubén Peña no consiguió rebañar el rechace de Ter Stegen a tiro de Inui, y los de Luis Enrique afrontaron con opciones plenas sus opciones de remontada en el segundo, que inició con otra diablura de Inui.

De repente activado, Andrés Iniesta probó con dos derechazos que neutralizó Yoel, y Messi falló lo inimaginable al recibir de Suárez en posición franca, controlar, y apuntar fuera ante el portero.

El error del astro argentino pareció minar la moral azulgrana y envalentonar al Eibar, que subió el segundo tras prolongación de Sergi Enrich, y nuevo remate diabólico de Inui, calcado al anterior.

Messi reaccionó entonces originando el tanto del Barsa con pase a Neymar, que el brasileño ajustó a la madera y Junca empujó involuntariamente para gol en contra.

Pero el rosarino marró poco después un penal sobre Jordi Alba con un lanzamiento potente pero demasiado centrado, que Yoel le sacó a mano cambiada.

La igualada llegó por vía de Suárez, quien empujo un balón aéreo peinado por Paco Alcácer, y Messi tuvo ocasión de enmendar su fallo anterior con la conversión de una segunda pena máxima sobre Neymar, que acarreó la expulsión de Capa.

El astro argentino se reservó un último golazo para despedir la liga, en que sorteó hasta cuatro rivales camino del arco, jugada con sabor agridulce por la simultánea celebración del título en Madrid.

Anteriormente en la jornada, el Atlético de Madrid se despidió con victoria por 3-1 sobre el Athletic de Bilbao del Vicente Calderón, el estadio que fue su casa durante medio siglo.

Los madrileños, que ya tenían asegurado el tercer lugar, cerraron el campeonato con 78 puntos y jugarán a partir de la siguiente temporada en el nuevo coloso Wanda Metropolitano.

Torres marcó a los 8 y 11 minutos y cerró una era del conjunto rojiblanco, que festejó el tercero del argentino Angel Correa (89) tras recortar transitoriamente Iñaki Williams (71) por el Athletic.

Los bilbaínos cayeron a séptimos con el empate agónico de la Real Sociedad, 2-2 en cancha del Celta de Vigo, que dejó sextos a los donostiarras, con boleto directo a jugar la próxima Liga Europa.

El Athletic ahora dependerá de que el Barsa gane la copa y libere otra plaza europea.

El Villarreal, por su parte, ganó 3-1 en Valencia y finalizó quinto, con lo que también disputará la competición continental.

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